Rafa Nadal./ AP PHOTO
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Rafa Nadal pasa de la frustración al optimismo

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Rafa Nadal volvió, vio y convenció. Era sólo un partido de dobles, apenas un entrenamiento, pero sus sensaciones fueron buenas en Montreal. Después de más de dos meses alejado de las pistas, no se resintió de sus problemas de rodillas. Formó pareja con Francisco Roig y doblegaron en dos sets (7-5, 6-4) a la dupla serbia formada por Novak Djokovic y Dusan Vemic. «Estar al lado de Rafa es una emoción increíble. Parece que he rejuvenecido», dijo tras el encuentro Roig, ya cuarentón. Una prueba más de la energía que el balear siempre contagia a la gente de su alrededor. Por este motivo, sorprendía semanas atrás la frustración que imperaba en su discurso cuando hablaba del posible regreso.

Hoy disputará su primer partido de individuales, después de 71 días sin enfrentarse a ningún rival de forma oficial. La pregunta que se hace todo aficionado es si estará en condiciones para volver a ser el mejor del mundo. Su primera prueba de verdad es este Masters 1000 de Montreal. Muchos expertos llevan días realizando análisis y conjeturas sobre cómo llega Nadal. Pero sólo el propio tenista sabe cuál es su situación. Este debut en el cuadro de individuales será el siguiente paso para su recuperación anímica.

El mallorquín aseguró ayer que se encontró bien en su vuelta y que en ningún momento sintió molestias. Cree que su estancia en Canadá le servirá para volver a recobrar la confianza perdida. A pesar de las buenas sensaciones que tuvo en su reaparición, no quiere confiarse, ya que todavía le queda mucho camino por recorrer. Pero el tono del balear parece haber cambiado.

«No estoy al 100 % y soy consciente de que de vengo aquí a perder», sentenció Nadal nada más aterrizar en tierras canadienses. Con esta frase dejó claro cuáles eran sus intenciones. Con el paso del tiempo, el discurso del manacorense ha tomado tintes distintos. En sus nuevas declaraciones, destacó haber sentido una profunda alegría cuando observó tanto público viéndolo en su vuelta. Su característica sonrisa, aquella que había perdido en los meses de Roland Garros y Wimbledon, volvió. Y lo que es más importante, también su ambición: «Una victoria es importante, aunque sea en dobles». Ahora le queda dar un paso más.

El próximo objetivo para Nadal es disfrutar de nuevo del tenis. «Estoy bien psicológicamente, aunque siempre hay factores externos que te afectan», dijo en una entrevista reciente el cuatro veces campeón en París. Su tío, Toni Nadal, fue más allá cuando comenzaron los entrenamientos: «Debe saber que ahora hay que recuperar el camino perdido y no será fácil lograrlo». Dos formas distintas de decir lo mismo. La recuperación definitiva del español puede tener su fase final en Montreal.

Una ciudad que le trae buenas recuerdos a Rafa. Aquí, hace cuatro años, logró cumplir su sueño de la niñez: jugar contra André Agassi, su ídolo. Como era lógico, Nadal fue más allá. Venció al estadounidense, que alabó sus cualidades.