Nacho Sacaluga expondrá su nuevo trabajo en Alcances.
CÁDIZ

«El Carnaval y Cádiz son muy cinematográficos»

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C on ojo de cineasta, pasión de chirigotero, vocación didáctica de profesor universitario y la cámara como intérprete universal, Nacho Sacaluga se lanzó a la tarea de explicar el Carnaval de Cádiz a través de un documental. Grabó 500 horas de material en el invierno de 2008, hizo 32 entrevistas (desde los dos últimos alcaldes a figuras internacionales de la música, con historiadores y autores por medio). El objetivo es desentrañar la fiesta para los que ya la conocen y descubrirla a los profanos más curiosos.

Febrero. Cuando la vida es Carnaval se estrenará simultáneamente en Cádiz y Madrid el próximo septiembre. Periodista y profesor en la Universidad Europea, sus años de trayectoria como realizador de TV (Telemadrid, Antena 3, laOtra, Castilla y León TV...) le han permitido a este gaditano afincado en Madrid rodearse de un buen equipo técnico y lograr los apoyos imprescindibles.

El montaje final ya está preparado y el resultado de su propuesta, de vocación abierta y panorámica, es un trabajo que abarca desde el primer ensayo hasta el Domingo de Piñata.

-Dice que el Carnaval es una fiesta muy cantada y poco contada ¿Qué clave de este mundo pretende transmitir?

-Hay muchas y, la mayoría, por descubrir. Tenía claro cuando proyectamos este documental que el Carnaval no es una chirigota, como resuena hasta la saciedad fuera de Andalucía. De Córdoba para arriba se reduce todo a doce tíos desgarbados cantando chistes. Creo que el humor gaditano roza, en ocasiones, la genialidad, pero no es único. Hay otros muchos sentidos del humor excepcionales. No creo que el Carnaval sólo sea eso. Es mucho más.

-¿Cómo se cuenta en imágenes una fiesta monopolizada por la palabra, en la que el aspecto no importa?

-(Risas) y para colmo una palabra que a veces no entiende ni el granadino de turno, así que figúrese un gallego. pero siempre he pensado que detrás de una palabra o de una idea, hay una imagen. Es el principio de cualquier historia audiovisual. Le pongo un ejemplo: Las Marujas, ¿qué tiene más valor: la gracia del cuplé o el gesto cuasicubista del Selu con aquella papada postiza? Yo me quedo con lo segundo.

-El pasado año se presentaron dos documentales en Alcances sobre el Carnaval gaditano. La obra 'Chirigóticas' ha llenado durante meses el teatro Alfil de Madrid. Ahora llega su nuevo trabajo 'Febrero. Cuando la vida es Carnaval' ¿Hay un interés común por explicar esta tradición?

-Hay una repentina -y bendita- obsesión por explicarlo todo a través del género documental y quizá se deba a que el público, a medida que las televisiones reducen la calidad de sus productos, busca historias bien contadas, con estructura, con buena fotografía, con buen guión. En cualquier caso, el Carnaval da para cientos de documentales porque se mueve en un entorno extraordinario. Cádiz y los gaditanos son extremadamente cinematográficos... alguien con talento lo descubrirá.

-¿Ha visto alguno de esos trabajos? ¿Hay algún vínculo, alguna intención común más allá de la temática?

-He visto sólo uno, y hace poquito. No quería contaminarme, sabía que la perspectiva de Febrero... era distinta, más integral, de vocación más abierta, con la intención de ayudar a entender el fenómeno en su conjunto y no sólo aspectos más concretos como las callejeras.

-¿Qué vida le desea a su criatura cinematográfica? ¿Le desea premios o espectadores? ¿Prefiere que sirva para difundir y explicar la fiesta o que muestre su propuesta como narrador?

-Si le digo que no quiero premios ¿se lo creería? Deseo todo lo bueno que esté por venir. Aunque me interesa más la difusión que el reconocimiento. Recuerdo una conversación que tuve hace dos años con Alberto Dorado -director de fotografía- en la que le decía que con salir libre de gastos me daba por satisfecho. Lo mantengo. De todos modos, que alguien te diga que le gusta tu trabajo agrada sobremanera. Pero prefiero que sirva para acercarse al Carnaval. Entre considerarme un artista o un mero contador de historias, me quedo con lo segundo.

-¿Dónde planea presentarlo?

-Tenemos pensado presentar Febrero... a mano. Recorrer ciudades españolas con la criaturita a cuestas. Creo que es el modo de cumplir con la función que tienen los documentales. De momento tenemos previsto: Málaga, Toledo, Badajoz.

-'Febrero.' abarca desde los primeros ensayos de septiembre hasta la fiesta en la calle ¿No prima ninguna parte que le guste especialmente? ¿Ha tratado de contar todas las fases por orden cronológico, sin ampliar ninguna por preferencia personal?

-Lo que diferencia este documental de otros es su carácter integral, su visión de conjunto, de fenómeno social. Eso ha primado por encima de preferencias personales. De lo contrario, habría dado más peso al Carnaval callejero del que soy admirador y al que llevo vinculado 18 años.

-Destaca que se aborde con similar metraje y atención el mundillo del Falla y el de las ilegales, cuando parecen antagónicos.

-No creo que estén enfrentados ni que sean tan contradictorios. Lo digo como miembro de ilegales más que como autor de este documental. Simplemente son expresiones diferentes y absolutamente complementarias. Aunque teatro y calle utilizan esquemas distintos, la esencia es la misma, la capacidad de interpretación y transmisión de mensajes es la misma, sólo cambian los códigos. De hecho, un espectador de Teruel probablemente no encuentre diferencias entre la actuación en la calle de la chirigota del Yuyu y la del Gómez.

-500 horas de grabación, 32 entrevistas ¿qué ha aprendido del Carnaval después de ver y escuchar tanto?

-He aprendido mucho. Lo primero, que conocer el fenómeno es mucho más que memorizar una retahíla de pasodobles fechados. Y sobre todo que la historia de Cádiz ha modelado el Carnaval de un modo sorprendente y éste a su vez ha hecho lo mismo con la ciudad. No sería la misma sin el influjo del Carnaval.

-Intervienen figuras de la canción y las letras, de Alejandro Sanz a Diego Manrique, para dar su perspectiva de la fiesta ¿qué visión aportan?

-Alejandro Sanz aporta el testimonio de un artista internacional al que una letra y una música de Juan Carlos Aragón sedujeron hasta el punto de incluirlas en su gira mundial. De hecho, el documental arranca así, avalando la tesis de la internacionalización del Carnaval. Lo de Diego Manrique fue impresionante. Le conocía por motivos profesionales y sabía que el apodo de gurú de la industria musical española se le queda corto. En este documental lo demuestra. Da con la piedra filosofal de por qué el Carnaval no puede exportarse y por qué no ha creado una industria. Desde la humildad, con sabiduría.Historiadores, estudiosos y periodistas como Ramos Santana, Miguel Villanueva, José María Jurado, Zilbermann o mi amigo Modesto Barragán también suponen un lujo. Tuve la sensación de tener la suerte de disfrutar conferencias en privado.

-¿Qué momentos del rodaje prefiere, estén o no el montaje final, y cuáles borraría de su memoria?

-Afortunadamente, la mayoría fueron geniales. Los autores no son tan vanidosos como parecen (risas). Borraría el plantón que nos dio el único representante del cuarteto que incluía el guión. Borraría también la mala sensación que me dejó el hecho de que Antonio Martín, tras proponerle la grabación en seis ocasiones, no accediera a la entrevista. Salvo que tenga una agenda más apretada que la de Zapatero, creo que esas cosas no benefician al Carnaval, ni a él mismo.

-Usted procede del mundo de la televisión profesional. ¿La pantalla pequeña le ha hecho tanto daño a la fiesta como dicen algunas voces o tanto bien como dicen otras?

-No creo que la televisión haya dañado al Carnaval, ni mucho menos. Lo ha revolucionado, lo ha amplificado y ha permitido que muchas figuras del Carnaval se abran nuevos horizontes profesionales. Eso siempre es bueno.

-¿Esta fiesta está enferma de éxito y saturada de visitas?

-Ni una cosa ni la otra, el Carnaval está devolviendo la dignidad a Cádiz. Estoy convencido de eso.

-En su equipo hay prestigiosos profesionales de su generación, sin vínculo personal con Cádiz ¿Se enteraban de algo? ¿Es un tópico infundado eso de que el Carnaval es difícil de asimilar para los ajenos al acento?

-No es ningún tópico, les costaba. Al principio yo me reía con un cuplé, por ejemplo, y ellos me miraban como si lo hiciera con un sudoku. Pero ahora se han hecho auténticos fans, se han descargado de internet no sé cuántas agrupaciones. Espero se lo perdonen los autores.

-¿Cómo ha conseguido financiación en estos tiempos que corren para hacer un documental sobre una fiesta periférica, que se celebra a 600 kilómetros de Madrid y a 1.200 de Barcelona?

-Uno tiene sus trucos (risas). Bueno realmente quien los tiene es el productor adjunto, Jesús Pozo, que consiguió involucrar a dos grandes organismos. Sin él, y sin ellos, habría sido imposible.