Antonio Ceballos. / L. V.
CÁDIZ

El obispo de Cádiz llama a los fieles a recuperar en estos días la Pascua del Enfermo

La comunidad cristiana moviliza a todos los pacientes a la celebración de la Eucaristía

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El obispo de Cádiz y Ceuta, en su carta pastoral de los domingos, hace un llamamiento a los fieles para recuperar la Pascua del Enfermo. Dentro del tiempo pascual que se celebra en estos días, en el que se recuerda «el triunfo de la vida sobre la muerte por la resurrección del señor», Antonio Ceballos pone el acento en la atención hacia el sufrimiento de los enfermos, y pide una reflexión sobre la Pastoral Sanitaria en las instituciones hospitalarias y en las comunidades cristianas. La Pascua del Enfermo ofrece la posibilidad todos los años de movilizar a la comunidad parroquial para llevar a la celebración de la Eucaristía a todos los enfermos que les resulte posible.

La Pascua del Enfermo significa que «Cristo Resucitado pone en toda enfermedad una semilla de esperanza, que Cristo Resucitado convierte el dolor y el sufrimiento en una continuación de su misterio de dolor, en una comunión con su pasión, en una fuente de santificación; y que la enfermedad ya no tiene que ser una desgracia, que puede ser una gracia, que muchas enfermedades pueden ser evitadas porque son consecuencias de excesos o imprudencias humanas, fruto amargo del pecado; que la enfermedad como la misma muerte, es sólo un paso hacia la plenitud y la vida, en la que ya no habrá llanto ni dolor».

En la casta pastoral de esta semana, el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, reflexiona sobre lo que significa la salud para las personas y concluye asegurando que es, «sin duda, una aspiración frecuente del ser humano». Por eso, Ceballos se plantea que el primer servicio de la Pastoral sanitaria de la Iglesia debería ser el capacitar a las personas a entender mejor lo que es la salud integral, la salud de todos. «Una salud que hace más sano y más humano a los hombres, que le ayuda a buscar un sentido más pleno de la vida, que le empuja hacia la totalidad integral, y que nosotros, como creyentes, pensamos que sólo alcanza en la participación de esa vida que brota del misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo», en palabras del obispo.