Juan Pablo Urtizberea./ J. M. L.
ESPAÑA

Sale de la UCI el hombre que defendió a la asesinada en Irún

El presunto asesino ingresa en prisión, mientras amigos y familiares despiden a la mujer acuchillada por su ex novio

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Juan Pablo Urtizberea, el hombre que intentó evitar el asesinato de la mujer colombiana apuñalada en Irún por su ex pareja, abandonó ayer la UCI y se encuentra en planta, aquejado de heridas graves y con pronóstico reservado. Yasmin Zamia Rodríguez, la víctima del homicidio, fue enterrada ayer en Irún. Su presunto asesino y antiguo novio ingresó en prisión por orden del juez.

Rodríguez, de 37 años, deja una hija. Los compañeros del centro escolar donde estudia la niña, el instituto Pío Baroja, se concentraron para expresar su repulsa por lo sucedido. El director del centro, Javier Garín, explicó que la protesta fue «improvisada» a primera hora ante el sentimiento de horror por lo acontecido. Se trataba de mostrar «el apoyo de profesores y alumnos a Angie», la hija de la víctima.

El funeral en memoria de la última víctima de la violencia machista se celebró por la tarde en la iglesia Nuestra Señora del Juncal de Irún. Familiares y amigos se congregaron en el templo para dar su ultimo adiós a la asesinada. Entre los numerosos asistentes al oficio religioso figuraba la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga.

Yasmin Zamia Rodríguez no pudo sobrevivir a las puñaladas que le asestó su ex novio, también colombiano, después de que el turismo en el que viajaba fuera embestido de forma deliberada por el automóvil de su presunto asesino. No contento con infligir varias heridas mortales en el cuello a su ex mujer, atacó también a Juan Pablo Urtizberea, quien recibió varios navajazos en el pecho cuando detuvo su moto para socorrer a la mujer. Conchi Miranda, esposa del hombre que intentó auxiliar a la fallecida, aseguró que su marido «no se arrepiente de nada y, es más, volvería a hacerlo otra vez, no se lo pensaría». «Él es así; si ve cualquier cosa, siempre está dispuesto a ayudar a todo el mundo», sentenció la esposa.

«La mayor condena»

Miranda adujo que su esposo fue plenamente consciente de lo que ocurría al parar su moto cuando vio el siniestro y al acusado ensañándose con su víctima. Su propósito no fue otro que intentar rescatar a Yasmin Zamia, que se hallaba aprisionada bajo el cuerpo de su agresor. En declaraciones a los periodistas a la puerta del Hospital Comarcal de Bidasoa, donde se encuentra ingresado su marido, Miranda expresó su deseo de que al asesino de Rodríguez se le imponga la «mayor condena».

El acusado ingresó a primera de la tarde de ayer en la cárcel donostiarra de Martutene, por orden del titular del juzgado de guardia de Irún. Por su parte, la asociación de vecinos de Ventas, barrio en el que reside Urtizberea, también agradeció el gesto «lleno de nobleza y valentía» de su vecino, a quien prevé rendir un homenaje. Los actos de protesta contra el crimen machista se extendieron a otras localidades vascas. No en vano, en San Sebastián, por ejemplo, se convocaron dos concentraciones, la primera ante las Juntas Generales y la segunda en el Boulevard.