La obra de Cortadura ha vuelto a sufrir contratiempos. / M. GÓMEZ
CÁDIZ

El pájaro, el candado y Yotuel

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Francisco Apaolaza: Tienes la cara un poco larga, ¿qué te pasa?

Mabel Caballero: Demasiado tiempo libre... Una se pone metafísica.

F. A: Será eso. Dicen que las personas se diferencian entre las que han visto un amanecer en el NgoroNgoro y los que no. Yo además admito una categoría (obviando a los que no comprenden a Antoñete) y son los que les gustan las cabrillas y los que no. ¿De cuáles eres?

M. C: Del NgoroNgoro... cualquier cosa antes de comerme un bicho con cuernos. Y ojo, yo no soy de las que dicen que no ingiero nada que tenga ojos. Supongo que será falta de costumbre.

F. A: Entonces no comes nada. Hay gente que adora los cuernos.

M. C: Me consta

F. A: Hablando de astas, cuéntame algun cotilleo de la semana política...

M. C: El primero: La gente se entretuvo con el Barca-Chelsea, pero a la misma hora había otro partidillo. Teo contra Pizarro. Y ganó Teo. Era en el acto de presentación de los Premios de Periodismo Europeo. Mesa presidencial con la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Discursos de Diego Carcedo, la infanta, la alcaldesa... y Pizarro que no podía dar crédito: nadie le invitó a subir al estrado. Teófila estaba exultante. Y la revancha promete porque a Pizarro le han nombrado presidente del Consorcio del Doce.

F. A: Teófila 1- Pizarro 0. Creo que va a ser partido de rugby, aunque dicen que es un deporte de salvajes jugado por caballeros. Al revés que la política. Demasiado saboteo.

M. C: Para saboteo lo de las obras de Cortadura. Resulta que tuvieron más incidencias que el Barca-Madrid. Tuvieron que interrumpirse porque iban con retraso y cuando las retoman se rompe la draga, la máquina que excava la arena de la playa. Y sólo hay dos en España. Creo que en la Junta están vigilando a los buzos para ver si alguno se quita la escafandra y tiene pelo rubio platino.

F. A: La alcaldesa es más de tierra. Algunas cosas no salen ni a tiros. Mira Entrecatedrales, que se ha vuelto a parar. Y el pájaro jaula, que no se le abre la jaula (esa era la gracia de la obra de arte, ¿no?), pues tampoco levanta el vuelo. Yo sé de alguno que pega cuatro palmadas cada vez que pasa a ver si emigra. Y ahora, un candado.

M. C: ¿No te gusta el candado? Lo vas a tener ahí, al ladito de tu casa, para que puedas recordar tu noble profesión y te inspire.

F. A: Sí, a ver si le engancho mi bicicleta, que ya me robaron una. Qué preciosidad el candado... Podrían plantárselo en los espolones al Pájaro jaula.

M. C: Es una opción. Podemos comentárselo a Fernando Santiago. Mira que ese candado es nuestro, de todos los asociados de la Prensa. A mí me toca un pedacito.

F. A: Pues yo no digo que no, si el símbolo me parece estupendo. La verdad es que lo hago por dialéctica, por dar un poco por el candado. Mira, antes no había prensa porque no había libertad de prensa, ahora no hay libertad de prensa porque no hay prensa. Me explico. Ni nadie la reclama. Dicen que hay un tío en Wisconsin que lee (que no hojea) el periódico.

M. C: ¿mande?

F. A: Quiero decir que no hay una maquinaria de prensa como tal en lo que se refiere a las defensas de las libertades. Hay que hacer muchas páginas como para encima tener que preocuparse de las libertades (Yo no te he dicho esto, ¿eh?). Está mala la cosa. Quiero decir que en Colombia no investigas porque te dan un tiro en la cabeza. Aquí no lo haces porque no te da tiempo. Y hay que vivir. Y comprar un coche. Por cierto, he roto el mío. ¿Sábes de algo?

M. C: ¿Un coche? No te puedo aconsejar. Había que elegir entre tener coche o hijo y elegí el niño.

F. A: ¿Sale igual de caro?

M. C: Más o menos. A medida que crece, los gastos aumentan. En el caso del niño, hay que ahorrar para la universidad (y en tu caso, el viaje a Inglaterra) y en el del coche, para todos los males que le entran a la pobre máquina. No se puede cuantificar, que si me oye el Defensor del Pueblo quejarme de los gastos, me quita la custodia. Y mira que puede tener argumentos. Si al niño le enseñas una foto mía y otra de la vecina y le pides que diga quién es su mamá dudará los suficientes instantes como para ponerme en aprietos.

F. A: Un coche es más práctico, pero te hace menos compañía. Hablando de niños, me han dicho que hay uno en el Náutico... «Niño problemático», creo que se le dice ahora al hijo de la gran puta de toda la vida.

M. C: O macarra sin remedio. Antes todo se arreglaba mandando a tu primo, que era más grande, como el de Zumosol (por cierto, hace poco salió el tipo en la tele, está más fofo y calvo) pero ahora ni eso. Te acusan de maltrato infantil. Te podría soltar un rollo en plan «los fallos sistemáticos del modelo educativo», pero creo que lo que pasa es que nada ha cambiado: la vida sigue siendo una jungla y hay que ir como Rambo, con el cuchillo en la boca.

F. A: Puede ser, pero qué triste. En mi colegio (un liceo francés) te enseñaban la egalité, fraternité y todas esas cosas. No había un crucifijo, todos éramos iguales, pero a los profesores, había que tratarles de madame, mademoiselle o monsieur. Y si se te iba la mano te metían en el despacho de Mme. Carcedo. No te daba una cachetá, pero salías más firme que un soldado. Por cierto, el otro día la ví y me comió a besos...

M. C: Es la famosa teoría del palo y la zanahoria. Hablando de recompensas, estarás contento. Después de todo lo que nos quejamos aquí por las multas que la Policía Local le habían puesto a los bares por organizar conciertos de música en directo, ahora el Ayuntamiento rectifica y habla hasta de poner la misma ordenanza que Barcelona, para hacer posible estos conciertos.

F. A: Sí, tiene esas cosas la política, aunque desde luego apruebo la medida. Dicen que lo tenían que haber hecho antes, que si lo hacen por la presión social... Dos argumentos aplicables a todas las decisiones políticas. Así que me parece bien, estupendo. Una ciudad que va a ser capital cultural no puede carecer de música en directo en los bares o se abrirá el cielo y nos caerá un rayo en el cogote.

M. C: Lo dijo Téllez. A propósito de conciertos, ¿viste cómo estaba San Antonio con el concierto de las Libertades? La mitad estaba para ver a Yotuel, el cantante de Orishas. Que ya tiene que ser fantástico el caballero para que uno olvide que lleva el nombre de los tres pronombres singulares.

F. A: Era un juego de la APC para ver la capacidad gramatical de los gaditanos.