Madre e hijo han estado siempre muy unidos, según explica Carlos Fitz-Stuart.
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Cayetana del Alba: así la ve su primogénito en el día de su cumpleaños

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La duquesa de Alba cumplió ayer 83 años. Sin embargo, «a ella nunca le ha gustado celebrar sus aniversarios», explica su primogénito, Carlos Stuart. Dice el mayor de sus hijos que para él y sus hermanos «mi madre siempre ha significado un ejemplo y ha sabido inculcarnos el amor por las artes y la cultura», pero lo que más admira de la duquesa de Alba es el «coraje» que ha demostrado toda su vida para recuperar y conservar el patrimonio histórico-artístico de la familia. «En los años 50, cuando todo el mundo empezó a vender sus casas en Madrid, mi madre reconstruyó Liria, el único palacio que fue destruido en la Guerra Civil», afirma.

También destaca la sensibilidad de la duquesa con los más necesitados: «Fue presidenta de Cruz Roja de Madrid, se volcó con los huérfanos de los Salesianos, a quienes iba todas las semanas a servirles personalmente la comida. Es presidenta de la Asociación de Esclerosis Múltiple y ha protegido a muchísimos músicos y pintores. Además, siempre ha respondido de su puño y letra a las personas necesitadas que se han dirigido a ella». Si siguiera el orden habitual, el nombre completo del primogénito de la Casa de Alba sería Carlos Juan Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart. Sin embargo, hace ya más de veinte años, en 1988, que su madre le pidió que alterara legalmente el orden de los apellidos para que no se perdiera el nombre familiar, «algo que ya lo había hablado en su día mi abuelo con mi padre», explica el duque de Huéscar. Desde entonces, es Carlos Fitz-James Stuart, aunque él mismo lo reduce a «Carlos Stuart».