Ciudadanos

La condición sexual continúa siendo un claro inconveniente

«La educación en los pequeños es básica para ser tolerantes», apunta Salvador Mena

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En un día tan destacado como el de hoy no se puede olvidar que el racismo se encuentra estrechamente unido con otra discriminación basada en el «odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros». No es un tipo nuevo de racismo, se trata de la xenofobia. Ha pasado el tiempo y la sociedad ha avanzado, aunque no lo suficiente, para que tolere ciertas tendencias o creencias. Hoy en día sigue habiendo miedo, y mucho, a reconocer una condición sexual que en ningún momento debe ser la excusa o la causa de nada.

Jerez ha contado, en los últimos años, con varias agresiones de índole xenófobo. Aunque, desde Jerelesgay se reconoce que «se dan algunos casos aislados, pero que no se pueden considerar como actos racistas porque son puntuales». No entran en las estadísticas elaboradas por el Ministerio, pero la actitud de desaprobación hacia acciones xenófobas ha aumentado hasta el 73%, según el informe emitido por el Instituto de la Juventud. Tan sólo un 18% acepta que grupos de extrema derecha lleven a cabo sus actos. Salvador Mena es integrante del colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Jerez, Jerelesgay. Colabora activamente en la entidad y asegura que «aún queda mucho camino por recorrer en esta vida para lograr la tolerancia de todas las personas».

En este caso no sucede como en las agresiones racistas, es un asunto mucho más delicado ya que «nadie quiere reconocer o declarar su condición sexual», apunta Mena. Además, añade que «muchas personas siguen teniendo miedo a denunciar, porque son muchos los que aún no han reconocido su condición sexual».

Cambiar los estereotipos

Ser gay no es algo que se haga, se nace con los genes pero «la base está en la educación». Desde hace tiempo llegan desempeñando distintas campañas informativas en los colegios e institutos de la ciudad con la intención de reemplazar el estereotipo de gay que les ha creado la televisión y el cine. «Formamos a los pequeños en lo que es la homofobia y tratamos de hacerles ver que una persona gay no es la mariquita loca que aparece en la televisión». «Ellos no conocen a la persona luchadora que pelea por sus derechos y es lo que tratamos de enseñarles ya que ellos son el futuro», apunta.