Bestia negra

reo que todos, absolutamente todos en esta vida, tenemos una bestia negra. Alguien que sin conocerlo, sin tener ninguna relación con él, sin haber cruzado ni una simple palabra, se convierte en tu peor enemigo, o por lo menos eso a ti te lo parece. ¿Qué no? Piensen un momento y ya verán como dan con la suya. Sí hombre, ese que cada vez que te coge te da la del pulpo. ¿El Seisdedos? Por ejemplo. Federer lloraba de impotencia, porque la suya se la va a encontrar a cada vuelta de la esquina, y en cualquier superficie. Tiene que doler muchísimo que tu bestia negra sea tu amigo. Y el Cádiz sabe cuál es la suya, el Conquense. En otras ocasiones hemos tenido otras pero eran más lógicas, por vecindad, por enemistad, por mil cosas. ¿Pero esta? No lo sabe nadie, pero cada vez que nos vemos las caras, nos la parte. Busco y no encuentro, la ciudad encantada contra la ciudad que sonríe, esto suena a buen rollo, a fiestecita. Ellos con nombre de comparsa y nosotros de chirigota, tampoco hay enfrentamiento. Además el jugar en un campo que se llama Fuensanta parece que no te va a pasar nada malo. Pues nada otro vapuleo y van cuatro. Porque lo peor de las bestias negras no es que te ganen, sino que te sacan todos los lados negativos a flote. La defensa fue blandita, no se crean oportunidades, y a Rubiato le ha caído la histórica maldición del delantero centro del Cádiz, a portería vacía va y le da al palo. Sin lugar a dudas el Cádiz que ninguno queremos. Lo que pasa que cuando uno ve la clasificación se le pasa el mosqueo, pues es lo único que vale, la única realidad, por suerte para el Cádiz y por desgracia para el Conquense. Pues esa es otra que sufren la mayoría de las bestias negras, que sin sus víctimas no son nada. Seamos positivos, fue un mal día y eso lo tiene cualquiera, lo fallos se corrigen cuando se ven, así que a corregirlos. Nuestra meta es el ascenso y allí es donde hay que llegar perfectos, a la liguilla, donde por suerte no nos vamos a encontrar con nuestra bestia negra.