Un personaje más allá de la política

u discurso popular, que le valió el reproche jurídico por decir aquello del cachondeo, sus décadas en el sillón del Consistorio jerezano sin apenas competencia y su oposición dura cuando le tocó dar el relevo, han marcado la figura de un político conocido más allá de Despeñaperros. Una nueva espada de Damocles acecha con la contundente denuncia que la Fiscalía Anticorrupción ha presentado contra él y dos colaboradores. En su investigación, la fiscal no ha encontrado documentos que justifiquen tres contratos que suscribió con los otros dos denunciados y a los que puso a 'trabajar' para dos empresas municipales. El Ministerio Público sospecha que utilizó dinero público para 'colocar' a dos amigos. Se juega algo más que la reputación.