REIVINDICACIÓN. Paco Cárdenas y anteriormente José Antonio Valdivia han luchado mucho para que se reconozca la labor de los autores carnavalescos. / ANTONIO VÁZQUEZ
POLÉMICA

«No hay fórmula legal para frenar el registro de autores falsos»

La SGAE reconoce que cualquiera puede registrar una pieza musical con su declaración jurada y sólo una reclamación puede destapar la ilegitimidad

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La SGAE (Sociedad General de Autores) confirmó ayer punto por punto todo lo publicado por este medio en relación con la noticia de que la entidad cobró por autores falsos. Luis Lozano, director de la organización a nivel regional, matizó algunas de las cuestiones y explicó que «no hay fórmula jurídica para impedir que una persona no registre una pieza musical si así lo afirma en su declaración jurada, salvo que sea muy evidente».

«No hay forma legal de pararlo», destaca, y reafirma las palabras de José Antonio Valdivia. «Sólo actuamos si se produce una reclamación. Rápidamente abrimos un expediente y citamos a las dos partes en una reunión, donde se alcanza una solución». Si el denunciante demuestra que la copla es suya, «se le retira al impostor todo lo que haya cobrado indebidamente y se le paga al legítimo dueño».

Solución

A partir de ahí, el conflicto puede ir por vía judicial, pero al margen de la SGAE.

Aún así, resta importancia a estos asuntos pues «en los últimos 30 años apenas se han dado una veintena de reclamaciones en el Carnaval».

El más sonado el estribillo de Qué bonito está mi Cai, de Pepe Requeté, anteriormente registrado a nombre de Juan Rivero y que finalmente volvió a manos de su autor tras la mediación de la Sociedad General de Autores. «No suele haber mucha gente que se apropie de letras que no son suyas, sólo algunos mataos que se quieren aprovechar de otro».

ABC publica que varias piezas del coro Los Anticuarios (1905) aparecen registradas por Manolo Santander y Augusto Butler como adaptación. Es más, el popular chirigotero aparece inscrito en la SGAE en registros de Los Anticuarios. «Imagino que son adaptaciones, y no hay problema siempre que tenga el permiso del autor», en este caso Antonio Rodríguez Martínez, el Tío de la Tiza, que falleció en 1912.

Posibilidad recaudatoria

Según denuncian varios autores consultados por el citado medio de comunicación, a la SGAE le interesa que las obras estén registradas, «sea por quien sea», porque así pasa a tener potestad para recaudar por ellas.

Se encuentran detalles muy curiosos. Los lilas, del Tío de la Tiza, está dada de alta por un tal Rodríguez. Pocos datos más de los mencionados, sólo que pone «Año 1903. Couplets».

¿Quién es Rodríguez? ¿A qué Rodríguez le abona la SGAE los derechos que genera esta obra? El Tío de la Tiza se llamaba Antonio Rodríguez Martínez. Pero murió en 1912, muchos años antes de que los autores gaditanos comenzaran a registrar su obras.

Lozano asegura que «nosotros cobramos el 10% de la taquilla (sin IVA), y nos da igual que hayan registradas dos obras ó 200». Aunque esta circunstancia cambia cuando se habla de grabaciones de cd's u otras galas.