La libertad de expresión empieza por uno mismo

Apunto estuvo de jorobarse el acto de inauguración del centenario de la Asociación de la Prensa de Cádiz precisamente por un tema que para unos limita la libertad de expresión y para otros supone un daño al partido y a los compañeros que a él pertenecen. No cabe duda de que ha sido inoportuno anunciar la apertura de expedientes informativos a cuatro militantes socialistas justo esta semana, porque al final lo que se ha conseguido es que el río suene más que el agua que lleva. No soy partidaria de coartar la libertad de expresión en ningún ámbito, siempre y cuando ésta sea asumida con todas sus consecuencias. Lo cierto es que desde hace unos meses la dirección del PSOE con su secretario general al frente, Federico Pérez Peralta, con mayor o menor acierto, recopila los comentarios aparecidos en los blogs de sus oponentes en las últimas elecciones (ya tienen un dossier que ni la CIA en sus mejores tiempos), en los cuales aparecen críticas muy duras contra el partido al que pertenecen y, sobre todo, contra compañeros militantes de los que dicen cosas que ni siquiera el PP se atrevería. Se puede criticar, pero con respeto y lo que no se puede hacer es tirar mierda sobre tu propio tejado. Uno es libre de decir lo que quiere, no cabe duda, pero cuando uno entra en un club puede mostrar su desacuerdo con el presidente en una asamblea, sin tener la necesidad de llenar la ciudad de carteles para que se entere todo el mundo que el club está hecho un asco. Estoy de acuerdo en algunas cuestiones que defienden los críticos, pero creo que se equivocan en la manera de plantearlo, porque en definitiva lo que hacen es echarle carnaza al enemigo. Si uno no está de acuerdo con las reglas del club y ve que no puede cumplirlas, se apunta a otro y no pasa nada, o bien busca el cauce para reconducir y consensuar posturas. Los críticos aparecieron en el acto de la APC, algunos invitados y otros colaos como en el Falla, pero al final no se montó la que se esperaba. Hubiera estado muy mal. Berasaluce hizo un intento de acercamiento a Federico Pérez Peralta, pero el secretario general no le atendió porque prefiere hacerlo en una asamblea que convocará en los próximos días para que cada uno y en la casa de todos laven los trapos sucios sin tener airearlos por las ventanas para que todo el mundo se entere que la casa está sucia. Quizás de esta manera sea posible el entendimiento y se deje de dar el espectáculo que, como ocurre en Madrid en otras esferas más altas entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruíz Gallardón, es bastante bochornoso y lo único que hace es manchar las siglas que dicen defender.

VALOR SENTIMENTAL DE LA ÉPOCA DE FRANCO

Un edificio de la época de Franco tiene valor sentimental para la Junta. Este es el titular que se deduce tras leer el informe de la Delegación fechado el 8 de febrero de 2008, hace casi un año. Yo sabía que la burocracia era lenta, pero vamos, que un papel tarde en llegar de Cánovas del Castillo al Ayuntamiento doce meses cuesta creerlo y más aún que esta no sea una decisión política y que se intente vender como la defensa del patrimonio histórico de la ciudad el mantener en pie un edificio que perjudica a un gran proyecto como es el de la plaza de Sevilla. En fin, los políticos sabrán lo que hacen, pero si quieren dejar algún inmueble de la ciudad al que tengan cariño, no duden en reunir a un grupo de amigos con tiempo libre dispuestos a recoger firmas a diestro y siniestro, que seguro que le hacen caso.

LA CARA DE LOS CALENDARIOS

La Oficina de Rehabilitación de la Junta ha editado unos calendarios con las fincas rehabilitadas y los nuevos edificios en los que aparece el personal funcional y laboral que ha participado en el proyecto. Desde las auxiliares administrativas hasta los arquitectos, pasando por las asistentes sociales y también el director técnico. La iniciativa ha gustado mucho a los trabajadores, cansados de que en la foto sólo salgan los políticos para ponerse las medalla. Eso sí, en el mes de junio y para completar el almanaque aparecen el delegado de Vivienda, Gabriel Almagro, y la nueva gerente, Silvia López. El diseño y las fotos (muy buenas, por cierto) son de Javier Reina.