PÚBLICO. La estética de este baile atrae cada vez más a un mayor número de aficionados. / N. REINA
Cultura

Cádiz reunirá a los ombligos con más ritmo del Sur de España

Intérpretes gaditanas de la Danza del Vientre organizan el 19 de diciembre un encuentro con vocación anual y que trata de ganar adeptos para la disciplina

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Como a todo lo atractivo e interesante, resulta difícil encontrarle definición. Tiene mucho de arte, algo de ejercicio, bastante de culto a la música, partes de acercamiento a culturas relativamente lejanas y exóticas, pinceladas rituales de origen religioso, un toque de moda pasajera, bastante de historia e incluso algo de frívolo erotismo para mirones. Quizás porque tiene tantas aristas, porque hay tantos atractivos y caminos por los que acercarse, la danza del vientre ha reaparecido en salones, gimnasios, sedes asociativas y centros culturales españoles como una tendencia al alza, como una moda que atrapa durante un tiempo a muchas mujeres y durante toda la vida a unas pocas.

Cada vez son más, y una de las practicantes gaditanas Isabel Mebarak ha decidido convertir su ciudad en punto de encuentro anual para las profesionales más fieles y las aficionadas más interesadas en esta especialidad de la danza. La primera cita de esta especie de congreso de danzarinas, denominado Proyecto Salamandra, tendrá lugar el próximo 19 de diciembre, en la Facultad de Filosofía y Letras de Cádiz, en el Paseo Carlos III. En su Aula Magna se celebrará este primer en-cuentro que reunirá a bailarinas de Andalucía y Extremadura, con especial presencia de las procedentes de las provincias de Cádiz, Sevilla y Badajoz.

La filosofía de la organizadora es que tenga periodicidad anual y crezca en cuanto a número de actividades, programa paralelo y, sobre todo, participantes.

A este arranque acuden seis grupos, más dos bailarinas, con el apoyo de dos percusionistas especializados. Una veintena de artistas en total que ofrecerán su talento con el objetivo de atraer a nuevos interesados.

Isabel Mebarak, promotora de la idea, con el gran apoyo de Raúl García, es una de las danzarinas más veteranas de Cádiz, intérprete y profesora de pequeños grupos, ya muy estables, que aparecen en algunos centros o asociaciones específicas. Se muestra ilusionada por la posibilidad de trasladar a su ciudad «encuentros que ya se celebran hace algunos años en ciudades como Sevilla, Madrid y Barcelona, que cuentan con una participación muy alta y que sirven para difundir la danza oriental».

Ese es su máximo objetivo, dar a conocer esta disciplina artística que prefiere definir como danza del vientre para que el público la identifique y distinga más fácilmente. Aunque se ha extendido la idea de que es una práctica exclusivamente femenina, Isabel recuerda que es un tópico falso: «Hay grandes bailarines y grandes maestros, en algunos casos incluso mejores que las mujeres. En citas de otras ciudades, se ven muchos hombres aunque en Cádiz todavía vayan a ser minoría».

Difusión y variantes

Los organizadores no temen que algunos se acerquen por frivolidad, por curiosidad, confundiendo la danza con un deporte de temporada o por un presunto atractivo erótico: «Queremos que se acerque la mayor cantidad de gente, para que se interesen y luego quieran profundizar. Sabemos que algunos irán sólo por curiosidad, incluso algún chaval joven porque lo considere sexy, pero también los habrá realmente interesados en aprender o que sepan distinguir los estilos, o la técnica, el talento y el sentimiento de algunas bailarinas».

Los que acudan el 19 de diciembre -a partir de las 20.30 horas- a la Facultad de Filosofía y Letras encontrarán un muestrario muy variado de danzas que, aunque se simplifique llamándoles del vientre para no intimidar a los menos especializados, proceden de un espectro amplio dentro del mundo de la danza oriental.

De hecho, hay bailes que sólo se interpretan por la bailarina en absoluta soledad; otros pensados para bodas; otros para encuentros familiares, incluso mezclas mucho más recientes que se denominan cabaret, con un componente de espectáculo y estética más alto. Algunos nuevos creadores llegan a fusionar movimientos del hip-hop o el flamenco con los tradicionales de la danza oriental.