La crisis económica oBliga a muchas familias gaditanas ha compartir techo

Durmiendo en el suelo del salón con sus dos hijas

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En el bajo número 30 –32 de Enrique de las Marinas, una infravivienda con humedades y sin baño, residen once personas de una misma familia. El hacinamiento ha obligado a Mónica, una madre con dos hijas pequeñas que está en el paro, ha dormir en el suelo del salón con los consiguientes problemas de salud.

Mónica Recuerdo Silva, una joven madre con dos niñas pequeñas, reside en casa de su suegra desde hace siete meses. Una infravivienda, ubicada en la calle Enrique de las Marinas, 30–32, llena de humedades y que no está dotada de baño. En esta bajo viven once personas, entre abuelos, padres, hijos y nietos; un hacinamiento que obliga a Mónica, de 25 años de edad, ha dormir en el suelo. "Lo único que pido es un techo donde poder dormir dignamente con mis hijas, pues no tenemos donde ir", advierte esta joven que después de recorrer la ciudad en busca de una solución (ha visitado la oficina de Rehabilitación de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la delegación municipal de Asunto Sociales en la calle Zaragoza) está recogiendo firmas en favor de su causa. Nuria, su hija de dos años, presenta un problema de salud denominado "Asma de lactante" y ya ha sufrido 13 bronquitis.

Mónica trabajó como camarera y limpiando casos, pero un inoportuno accidente en autobús la dejó con un collarín y en el paro. Ahora los dolores de espalda se han incrementado desde que duerme en el suelo. "Tengo unos dolores terribles. Lo único que pido es un trabajo y un techo", reitera al tiempo que su suegra, María Carmen Chulían confiesa que por muy difícil que se pongan las cosas nunca las dejará en la calle, ni a ellas ni a su hijo.

El techo de la cocina cuenta con diversas grietas y humedades, al igual que el pequeño retrete que no cuenta con ducha ni lavabo.