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Los agricultores se quejan de su debilidad ante la industria y los distribuidores

La semana pasada se pagaban 2,21 euros por litro de aceite de oliva, el nivel más bajo en 4 años

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El sector del olivar de COAG, reunido la semana pasada en Madrid, ha mostrado su preocupación por la situación actual del mercado del aceite, con cotizaciones en origen que muestran una inquietante tendencia a la baja. De enero de 2008 a la actualidad, el precio del aceite de oliva en el campo ha descendido casi un 15%, ya que en enero de 2008 se vendía a 2,60 euros el kilogramo. El precio medio de la semana pasada, según el sistema POOLred, se situaba en los 2,21 euros el kilogramo, el nivel más bajo desde diciembre de 2004 y «absolutamente insuficiente para cubrir los costes de producción».

De esta manera, entiende COAG, las explotaciones olivareras, cuya rentabilidad económica depende básicamente de los mercados al no existir ningún instrumento de sostenimiento del precio en origen, se encuentran al límite y gran parte de ellas no podrá soportar esta situación de precios por debajo de los costes de producción. Además, a los bajos precios hay que sumar la espiral alcista que han experimentado en el último año los principales costes de producción (fertilizantes, fitosanitarios, carburantes, etc), poniendo en jaque la viabilidad de las explotaciones familiares.

A este respecto, el responsable regional del sector de olivar de COAG Andalucía, Francisco Garrido, señaló que «se está dando una situación de completo atropello de la industria y la gran distribución para empujar hacia abajo los precios en origen y situarlos por debajo del coste del agricultor». Garrido ha puntualizado que «este afán por intentar ganar mercados está provocando una dinámica diabólica para el sector, en la que los agricultores hacemos cola para perder dinero ante la industria y la distribución». En esta línea, el sector de olivar de COAG se cuestiona si la actual transparencia de datos de la producción no actúa en contra de los propios agricultores, sobre todo cuando «brilla por su ausencia en el sector del comercio».

Asimismo, COAG observó que los sistemas de producción tradicional pierden competitividad frente a los nuevos sistemas de otros países. Hay un crecimiento de la superficie olivarera muy tecnificada en todo el mundo que pone al olivar tradicional en serio peligro. En este sentido, «debemos aprovechar que somos líderes mundiales en producción para ser líderes también en comercialización, pero con resultados palpables en la rentabilidad de las explotaciones olivareras», apuntan. COAG considera imprescindible la participación del sector productor en el proceso de comercialización y en el valor añadido que genera la venta de su producto. En este sentido, entienden que el Gobierno debe «definir un nuevo marco legislativo para la comercialización agroalimentaria que establezca claramente los márgenes comerciales aplicables». Al mismo tiempo, consideran necesario mejorar la competitividad de las explotaciones y las técnicas de producción, siempre con el objetivo principal de incrementar la renta de los productores.