Ocio

Una isla en el mar de asfalto

I Cádiz Actualizado: Guardar
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No hay que viajar muchos kilómetros ni que salvar tortuosos senderos para acceder a él. El Parque de los Toruños es como un oasis en el corazón de un desierto urbano. Ubicado a las puertas de Valdelagrana, este espacio biofísico ofrece al visitante un puñado de alternativas de ocio saludable.

Recorrer a dos ruedas sus entresijos es todo un placer. Por tres euros, el ciclista disfrutará de una ruta que discurre entre pinares, los de la Algaida, y marismas, dunas y lagunas temporales. Sin demasiado esfuerzo, el camino discurre por senderos de tierra y plataformas y puentes de madera. Y si hay suerte, y es la época, igual se divisa un águila pescadora, moradora de este terreno en los meses de invierno.

Lo que en antaño era una zona inundada por el gran estuario que formaba en su desembocadura el río Guadalete, hoy es un espacio habilitado para el disfrute de los ciudadanos, en perfecta armonía con el medio ambiente. Un claro ejemplo de esta simbiosis es el tren neumático. Dicho vehículo recoge a los visitantes a la entrada del lugar, bien para realizar una ruta explicativa, o bien para transportarlos hasta la playa de Levante, uno de los poco espacio vírgenes que quedan de este tipo en la Bahía de Cádiz.

Pero si se desea abandonar la tierra y conocer el entorno desde el agua, existen también dos opciones muy apetecibles. Eso sí, una más agotadora que la otra. Para los que gocen de algo de forma física, lo mejor son los kayaks. Alquilar uno doble por hora y cuarto sale por cuatro euros. Navegar por el río San Pedro brinda la oportunidad de conocer las Marismas de los Toruños de una manera peculiar, viendo desde otra perspectiva el trazado fluvial del parque y la vida que lo habita. La otra opción, más descansada, es apuntarse a un paseo fluvial en embarcaciones. Igual de bonito pero menos emocionante.

Para más datos sobre las actividades del parque, llamar al 956 203 544.