El gallego, doble medallista olímpico en Atenas 2004, ha afirmado que, antes de ser designado como abanderado, no tenía previsto acudir a la ceremonia de apertura. /EFE

David Cal, el abanderado español

El campeón olímpico gallego considera un "honor" haber sido elegido para encabezar el desfile del equipo español en la ceremonia inaugural

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El campeón olímpico David Cal ha declarado que no va a "ganar o dejar de ganar una medalla por ser el abanderado", y ha añadido que haber sido elegido para encabezar el desfile del equipo español en la ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín 2008 es un "honor", con aspectos "positivos y negativos".

El gallego, doble medallista olímpico en Atenas 2004, ha afirmado que, antes de ser designado como abanderado, no tenía previsto acudir a la ceremonia de apertura. Cal ha mencionado que "quizás" pueda estar "un poco más descentrado de la competición", y que mañana podría encontrarse un "poco más cansado", como los aspectos "negativos" de su tarea como abanderado.

Mejor que en Atenas

Ha reiterado sus aspiraciones de conseguir dos medallas de oro, un reto que ha justificado al explicar que "después de haber logrado una medalla de oro y una de plata, no puedes marcarte un objetivo más pequeño".

Sobre sus preferencias en las dos pruebas en las que compite -C-1 en 1.000 y 500 metros-, elige la distancia larga como su favorita porque se encuentra más cómodo y ha recordado que es el vigente campeón mundial en la de medio kilómetro, la "más divertida" para él.

Tras entrenarse en tres sesiones en el campo de regatas de Shunyi, una pista que de la opina que "está bien", pero aún tiene "algo de algas", Cal confiesa que se siente un "poquito mejor que en Atenas", pese a que las sensaciones "no se pueden medir".

Cal debutará en Pekín con la incertidumbre que le produce la falta de referencia de unos tiempos de entrenamiento que este año ha llevado a cabo en un embalse salmantino, donde trabajó aclimatándose a las altas temperaturas, de las que no disponía en el campo de regatas de Trasona, en Asturias, su lugar preferido.