JEREZ

La devoción bajo las trabajaderas del Carmen

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Alguna vez alguien debería reflexionar sobre la cuadrilla del Carmen, intentar detenerse a analizar con tiempo y espacio esa cuadrilla heterogénea de hombres que forman la cuadrilla que ayer paseó a la Señora por Jerez.

Al frente de la misma está Rodrigo Daza, su capataz desde hace muchísimos años aunque hombre ya alejado de los martillos de Semana Santa. No tienen por tanto uno de esos capataces mediáticos que aglutinan cuadrillas para sacar los pasos de las cofradías de Jerez. No es un paso que hace cambios con las marchas, ni que se luzca especialmente en un recorrido en el que suelen llevar un buen ritmo.

No son ni siquiera de una hermandad propia, con unas vivencias diarias que explotan en el júbilo de la salida procesional, ni tienen unos vínculos de fraternidad que les unan más allá de cuatro ensayos al año.

Tampoco sacan el paso con costal, esa excusa tan manida que quisieron poner de moda algunos para justificar el éxito de algunas cuadrillas de la ciudad, sin darse cuenta que las cuadrillas son buenas o malas en función de los peones que llevan, y no del instrumento de trabajo, que con oficio se aprende.

Alguien debería analizar por tanto las razones por las que cada finales de junio, muchos costaleros de la ciudad quieren dejar las noches de tinto y caracoles, las playas de la provincia, las cenas en fin de semana y la estancia con sus familias para dedicarle un poco de esfuerzo a la Reina del Carmelo. Alguien debería profundizar, en los tiempos de crisis que corren en este ámbito de las cofradías, en por qué para sacar el Carmen no se ponen las excusas que sí se usan para otros pasos.

Igual la cuadrilla del Carmen, sin darse cuenta y sin pretenderlo, lleva años demostrando que la principal razón para meterse bajo un paso es la devoción por Cristo y María, y también por la devoción que llevamos sobre los hombros. Es posible que ayer asistiéramos a un curso acelerado sobre motivaciones y creencias, plegarias, peticiones y súplicas. Y no supimos verlo con claridad.