VUELTA DE HOJA

Bin Laden es un pelmazo

El líder de Al Qaeda emerge periódicamente de las grietas de su enigmático territorio. Tiene una metralleta y un audio. También tiene muy mala cara. Es como si el Greco hubiera pintado un apóstol de Mahoma, pero cabreado. Predica el combate de revancha de las Cruzadas y se empeña en acusar al Papa Benedicto XVI de una campaña contra el Islam. El caso es indignarse y buscar motivos para la venganza, aunque la ofensa no se haya producido.

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Hace muy poco tiempo, católicos y musulmanes lanzaron desde el Vaticano un nuevo Foro para abrir el diálogo entre ambas religiones, pensando que, al igual que todas, son verdaderas. Los monoteísmos han aportado muchas guerras, muchos muertos, muchas conquistas y reconquistas. Algún día habrá que ponerse de acuerdo sobre el tipo de residencia que disfrutaremos cuando nos vayamos de este encarnizado planeta. La Humanidad necesita llegar a un consenso. La vida eterna, que sólo puede definirse con la palabra siempre, más una semana, es un asunto muy preocupante, dada nuestra resistencia a desaparecer. ¿Por qué se llevan tan mal los que piensan acomodarse a la diestra de Dios Padre, donde por cierto debe de haber overbooking, y los que calculan que van a estar rodeados de huríes de caderas móviles, bebiendo hidromiel con dos cubitos de hielo?

La rabieta que ahora ha cogido Bin Laden, que es más pesado que un camello en brazos cuesta arriba, se debe a las caricaturas de Mahoma publicadas en un periódico de Dinamarca. ¿Quién le manda a Bin Laden estar suscrito a un periódico de Dinamarca y que se lo manden a su cueva? El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso desaprobó estas caricaturas. No está la cosa como para meterse en dibujos, mientras se cumplen cinco años de la invasión de Irak.