LOS PROPIETARIOS DE IMÁN JUNTO A LOS BUSTOS DE HULK, LOBEZNO Y EL CUERVO.
Sociedad

Culto a la historieta

El cómic gana adeptos en Cádiz gracias a la labor de las tiendas especializadas, que ofrecen desde tebeos clásicos y novedades a figuras de coleccionismo

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Lejos de los tradicionales prejuicios que lo consideran un arte menor para adolescentes imberbes o adultos poseídos por el síndrome de Peter Pan, el cómic cuenta con un gran número de aficionados de todas las edades y condiciones. Dentro de su público fiel se encuentran jóvenes que acaban de descubrir el universo manga, apasionados de los superhéroes de toda la vida o ávidos consumidores de novelas gráficas de corte social o intimista. Aunque parezca extraño, existen historietas para todos los gustos, además de múltiples temáticas y géneros. Fantasía, misterio, terror, aventuras, erotismo, ciencia ficción, romance o humor. El abanico es amplísimo. Para comprobarlo, sólo hay que consultar las estanterías de las principales librerías especializadas de la provincia.

En estos templos de las viñetas, conviven series comerciales de éxito como Naruto o Full Metal Alchemist, novelas gráficas para adultos como la premiada Persépolis, superhéroes inmortales, historias underground o los últimos títulos manga. Entre las novedades más recientes hay propuestas muy sugerentes como el regreso de Spirou -al que ahora da vida el dibujante español José Luis Munuera- o la nueva cabecera de Marvel, World War Hulk. «Se trata de una nueva saga en la que se cruzan las tramas de otras series de superhéroes clásicas. Es una estrategia de la editorial para que el público que sigue a un personaje se enganche a otras colecciones», explica Francisco Asencio, dueño de Leviatán.

Dibujante y cultivado experto en cómics, este joven empresario consiguió hace años hacer realidad su mayor sueño: montar una tienda de cómics en Cádiz. Pese a que un negocio como este no genera elevados beneficios, Francisco asegura que lo que de verdad mantiene vivo su negocio es su gran pasión por las viñetas. No obstante, en su librería es posible encontrar todo tipo de material: cómic books americanos, historietas franco belgas, manga, novela gráfica e incluso merchandising.

A título personal, Francisco recomienda leer obras originales como El almanaque de mi padre, de Jiro Taniuchi, una sugerente historia intimista que bucea en la relación paterno-filial de un joven que regresa a su ciudad natal tras la muerte de su padre. Según él, otro de los cómics manga que está revolucionando el panorama -aparte de Naruto y Bleach, los más vendidos- es Death Note, «una mezcla de detectives y mitología japonesa» en la que un joven descubre que las personas cuyos nombres anota en su cuaderno, mueren de forma trágica e inexplicable.

Lejos de los superhéroes, la fantasía y las aventuras, el universo manga ofrece todo tipo de historias, como la del protagonista de Black Jack, un cirujano prestigioso aunque marginado por sus colegas de profesión, que practica las operaciones que nadie haría. «Son historias cortas muy humanas sobre distintos casos y pacientes», apunta Javier Martínez, de Némesis Cómics.

Dentro del manga, Imán Cádiz ofrece al público todo tipo de géneros, desde el terror de Shitaro, que no escatima en violencia y sangre, al erotismo de la serie Yura y Makoto. Sobre esta última, uno de los dueños de la tienda aclara: «es mas bien un manual de sexología que presenta a una pareja recién casada que no sabe que hacer en la cama», explica José Navarro. Aunque pueda parecer una obra de corte pornográfico, el tebeo está recomendado por el Centro Joven de Anticoncepción de Madrid, el Instituto Nacional de Estadística y la Sociedad de Sexología de Madrid.

Las chicas mandan

Según los propietarios de Imán, sus principales clientes son chicas jóvenes. Esto choca con la idea que se suele tener de que los lectores de cómics son en su mayoría hombres. «El manga ha abierto un mercado femenino enorme», asegura el dueño de Leviatán, Francisco Asencio.

Frente a los clásicos tebeos para mujeres de mediados del siglo pasado, como Esther -un ejemplo patrio que vuelve a estar de actualidad tras su reedición-, por fin los tebeos manga presentan personajes femeninos reales y liberales, acordes con la época actual. «Antes, existían algunos como Barbarella, pero no estaban tan extendidos como ahora», apostilla Francisco.

El poder de la nostalgia

Por otro lado, la fiebre retro ha alcanzado también el mercado del cómic hasta tal punto que son muchas las historias que se han reeditado en los últimos años. Desde Bola de Dragón, que todavía sigue siendo un éxito de ventas, a Candy Candy, sin olvidar Comando G o la serie Hazañas Bélicas. Además, las grandes editoriales norteamericanas como Marvel o DC Comics continúan lanzando nuevas colecciones de sus superhéroes más célebres, como Superman, Spiderman, X-Men, Los Cuatro Fantásticos o Iron Man, en este último caso, como antesala a la producción cinematográfica que está por llegar. «Los que siguen a los superhéroes, son jóvenes de 20 a 30 años que se han criado con ellos», apunta Antonio Calvario, de Puertocómics; por el contrario, «los más jóvenes consumen las series de moda como Naruto».

Este revival puede observarse también en el campo del merchandising, que suele ir aparejado al universo del cómic. La recuperación de antiguos iconos de la cultura popular -salidos de los tebeos, el cine o la música-, ha propiciado la salida al mercado de un gran número de muñecos o figuras de coleccionismo, que abarcan desde los personajes de Caballeros del Zodiaco a monstruos cinéfilos como Freddy Krueger, Jason, Depredador o Alien, pasando por estrellas del rock al estilo de Freddy Mercury, Los Beatles o Kiss.

Un insondable paraíso para mitómanos donde no podían faltar réplicas de los personajes y las naves de Star Trek o Star Wars, grandes clásicos friki. «Se juega mucho con la nostalgia», explica Antonio Calvario, que asegura que muchos adultos de entre 30 y 40 años «se compran los muñecos que no tuvieron de críos». En este sentido, el encargado de Puertocómics reconoce haber vendido multitud de madelmans y réplicas del robot de Mazinger Z.

En cuanto al precio de estas figuras, éste varía según el tamaño, la expectación y el material del que estén fabricadas. Mientras que la mayoría son de plástico y oscilan entre los 40 y 60 euros, existen otro tipo de piezas mucho más sofisticadas, elaboradas a base de resina y que incorporan, por ejemplo, ropa y accesorios reales. Estos artículos pueden alcanzar los 400 e incluso los 1.000 euros, al tratarse de ediciones limitadas y exclusivas, controladas a través de un número de serie.

En Imán Cádiz, los coleccionistas pueden encontrar todo tipo de muñecos. Además, sus propietarios ofrecen al cliente la opción de realizar pedidos de figuras descatalogadas, difíciles de encontrar en España, que ellos mismos buscan por internet o tiendas extranjeras, moviendo cielo y tierra para adquirirlas. «Tenemos un contacto en Estados Unidos que nos ayuda a localizar las piezas», reconoce José Navarro. Por ahora, entre sus mayores retos están «una réplica de Eduardo Manostijeras o un busto de Depredador».

alenador@lavozdigital.es