«Yo también me marché pronto de casa»

Siete años después de La ciudad de los prodigios, la televisiva Marian Aguilera vuelve a trabajar con Mario Camus en El prado de las estrellas. Un filme discreto en el que resalta su cabello color fuego y la mirada melancólica de su personaje.

-Parece que Mario Camus se acordaba de usted

-En La ciudad de los prodigios estuve muy poquito, a lo mejor tres días. Pero se acordaba. Y me alegro.

-Seguro que dice que la película te ha maravillado.

-Es que me encanta. Comparada con tantas películas que se hacen ahora, tan sofisticadas, con las que uno no puede identificarse Esta es una historia sencilla, con personajes de carne y hueso, y explica muy bien todo lo que les pasa. Nos da una lección. No pasan grandes cosas, pero las que pasan están muy bien contadas.

-A su personaje, Luisa, le cuesta encontrar su lugar, ¿te ha pasado a ti?

-Sí. Muchas chicas conocen esa sensación. Hay algo que te impide estar quieta en el mismo sitio. Tienes necesidad de descubrir. Yo también soy de un pueblo. Se llama Montgat, en Barcelona. Hasta una edad no sabes por qué, pero necesitas salir y moverte. Llegas a un sitio y no te convence. Vas probando. Es la única manera de saber dónde te encuentras bien. Salí de Montgat todavía más joven que Luisa.

-¿A qué edad?

-A los 18 años. Fui a Barcelona a hacer teatro. Y luego llegué a Madrid para trabajar en Al salir de clase.

-A los 10 años ya salía en El largo invierno del 39. ¿Lo de ser actriz lo tuviste claro desde el principio?

-Es muy difícil decidir ser actor a esa edad. Son cosas que uno debe decidir cuando ya se es mayor. A esa edad todo era inconsciente, luego ya fue meditado. No me arrepiento.

-¿Se vive bien siendo actor?

-Si las cosas van bien y uno tiene trabajo es muy divertido. Me encantan los actores. Me enseñan mucho y estar con ellos en las esperas o en los ensayos es una gozada. Yo vivo muy bien.

-¿Hacen cenas los de Al salir de clase?

-Alguna vez se nos ha ocurrido, pero nunca se ha llegado a hacer. Sería un poco raro, ¿no? Lo hablé con un compañero, pero luego, ya se sabe

-Querrá hacer más cine.

-Claro. Las películas son regalos que aparecen. Me encanta el cine. Pero una película nunca te asegura el futuro y uno tiene que trabajar. Esta profesión es así. Tengo los pies en el suelo y no pienso dejar la televisión.

-¿Después de verse en El prado de las estrellas esperaba que le llamaran más?

-No lo pensé así. Al ver la película me sorprendió que mi personaje fuera mucho más importante de lo que imaginaba. Pero la experiencia me ha enseñado a disfrutar de lo que hago y a no hacerme ilusiones. Me he fijado en el trabajo, he disfrutado lo que he podido y ya está.

-¿Cree que alguna vez rechazarás un papel?

-No veo imposible nada. Ni estar saturada ni estar parada. Es lo único que conozco de este trabajo.

-¿Qué tal lleva la falta de rutina?

-Prefiero estar trabajando, aunque sea en la tele.