AUGUSTO DELKÁDER PERIODISTA

«Lo que tengo es influencia, no poder»

Consejero delegado de Unión Radio, gaditano del 50, acaba de celebrar la asamblea de esta empresa que tiene en la SER su buque insignia. Pasa por ser un poderoso periodista y un gran gestor. En esta entrevista aborda un cierto balance vital, junto con diversas cuestiones de actualidad.

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-Con 24 años fuiste el director de periódico más joven de España. ¿Qué queda de aquel muchacho?

-Sigo siendo el mismo. Aquello fue una gran oportunidad que me dieron y de la que se siento muy orgulloso. Como tú bien sabes, fueron años muy bonitos en todos los sentidos, muy divertidos. Sigo teniendo el mismo espíritu.

-¿Añoranzas?

-La vida es una sucesión de etapas y en cada una hay que encontrar lo más positivo, lo más atractivo, y esa etapa la recuerdo con especial cariño y especial satisfacción, pero ahora, en mis actuales actividades la verdad es que estoy muy contento también.

-En este largo camino ¿dónde puede haber estado tu fortaleza?

-En primer lugar, ha sido mi afición a la profesión. Yo no he tenido nunca pereza en mi trabajo, porque me gustaba, me gusta mucho y me gustará. Cada etapa ha tenido su dureza, sus cosas más difíciles, pero como lo hacía con gusto y con satisfacción, pues me costaba menos.

-¿Qué certezas has adquirido, qué dudas permanecen?

-Las dudas a veces se te amplían con el paso del tiempo, tienes menos certezas. La certeza es que tienes en primer lugar tu entorno familiar, tu mujer, tus hijos, y en la profesión tienes las amistades, que no son muchas, pero siempre son muy sinceras y muy gratas, y ahí creo que tengo un amplio capital.

-Hay un verso de Juan Ramón que me gusta repetir, «soy fiel a lo que he tenido por bueno en mi vida».

-Pues sí, es una buena definición. Me la voy a apropiar.

-Se te atribuye la frase de «en caso de duda, haz periodismo». ¿Cómo se hace eso ahora?

-Yo creo que ahora es más complicado hacer periodismo, entre otras cosas porque la profesión ha cambiado, los medios son diferentes y también los periodistas, que dudamos un poco de nuestra propia identidad y función social. Antes era mu-cho más sencillo. Y luego yo creo que hay una cuestión; que el público se ha hecho mucho más culto, tiene mayor conocimiento y en muchas ocasiones los periodistas hablamos, escribimos, de cosas de las que somos unos perfectos ignorantes, y eso se nota. Creo que nos debemos hacer esa autocrítica.

-No sé si te estás dando cuenta, pero te estoy pidiendo un consejo, 'el' consejo

-Yo creo que pocos consejos puedo dar y menos a ti, que has tenido una trayectoria tan brillante

-¿Anda ya!, no te escapes. Por ejemplo, ¿cómo ves la relación con el poder?

-La relación con el poder siempre es conflictiva, no porque la función del periodista y la del poder, del político, del hombre con protagonismo económico y social sean antagónicas. El que tiene el poder quiere que se conozca solo la parte brillante, bonita, del ejercicio del poder y la mirada del periodista es más amplia y tiene sus claros y sus oscuros. En ocasiones, cuanto te dicen que sólo publicas noticias malas, negativas, lo que suelo responder es que en la escuela de periodismo había una viñeta que decía que no es noticia que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro.

-Pues tú has llegado a tener mucho poder, eres una persona muy poderosa ¿es erótico el poder?

-Yo no me considero que tenga mucho poder, quizá por eso no participo en la erótica del poder. Lo que sí creo que tengo y he tenido es influencia, que es diferente que poder.

-Has seguido en primera fila, desde los años heroicos, la evolución política de este país. ¿cómo lo ves ahora?

-Es verdad que uno de mis grandes patrimonios es, porque me tocó, por edad, vivir en primera fila todos estos años vertiginosos de la sociedad española. Ahora la vida política española es una vida normalizada, institucionalizada, por tanto creo que más tranquila. Yo experimento una gran perplejidad acerca de la actitud de crispación permanente que tiene el Partido Popular. Yo creo que el PP no quiere ganar las elecciones. Está encantado de estar en la oposición y no aspira a conquistar de nuevo el poder. Porque, desde luego, si sinceramente lo quisiera cambiaría de líderes y de actitudes. No creo que vaya a obtener la confianza mayoritaria de los españoles en marzo con una actitud de permanente crispación y sabotaje al funcionamiento normalizado de las instituciones.

-¿Y cómo has visto la evolución del socialismo, de Felipe a Zapatero?

-Zapatero es un fenómeno muy curioso y que yo creo que hay que observarlo, porque hay similitudes con el Partido Socialista que encarnó Felipe González, pero también diferencias profundas, en tanto en cuanto Zapatero tiene otra edad, otra generación, otras preocupaciones, y digamos que ha tenido una vida política muy singular y diferente. Eso se nota. Yo creo que el actual presidente del Gobierno, si vence en las próximas elecciones y logra formar otra vez Gobierno, probablemente, en esa segunda legislatura su figura aparezca con trazos muchos más claros y podamos hacer un juicio más preciso.

-¿Cómo sus relaciones ahora con Prisa?

-Normales, las de un presidente del Gobierno con un grupo de comunicación. Es una mezcla de todo, relaciones amistosas, tensiones... Eso sí, el presidente Zapatero es respetuoso con el grupo.

-¿Y cómo ves el futuro de tu grupo después de Polanco?

-Quienes tuvimos la oportunidad de trabajar muy directamente con Jesús durante 30 años le echamos de menos y echamos de menos su capacidad de análisis, su criterio, su arrojo y su visión estratégica de futuro. Pero él mismo, con nosotros, había preparado y articulado la continuidad del grupo y la continuidad institucional. Por tanto la transición en la presidencia se ha hecho con absoluta naturalidad y normalidad. Ignacio estará en la convención el viernes y el sábado (pasados, la entrevista se realizó el jueves). Será la primera vez que presida las sesiones de la asamblea de la SER en su calidad de presidente, pero creo que lleva viniendo a estas reuniones 10 años. Por lo tanto no es un cambio radical, es todo muy normal.

-¿Qué te ha parecido el rediseño de 'El País'?

-A mí me gusta. Hay una cosa que agradezco profundamente, que es el nuevo tipo de letra, porque uno se va haciendo mayor, aunque sigo teniendo muy buena vista. Hay algunas cosas que creo que se deben perfeccionar, como las páginas de opinión, ahí tengo alguna duda, pero en general yo creo que ha sido un acierto. Y sobre todo, Javier Moreno ha tenido la valentía de hacer un cambio en un periódico tan importante como El País y globalmente yo creo que le ha salido muy bien.

-Hablemos de ahora. Tu etapa al frente de la SER ha supuesto su gran eclosión, pero ¿crees que la radio en España está viviendo un momento convulso, delicado, contaminado por la política, por la crispación?

-Hay una parte de la radio que padece este tipo de temas, que creo que ahora está bajando un poco, pero hay otra parte de la programación que funciona muy bien, la información deportiva, programas de acompañamiento, de entretenimiento, y la radio musical, que son realidades que están muy normalizadas.

-Que cuenta más, a la hora de hacer balance, que la tertulia política, quieres decir.

-Sí, claro, cuenta más. Yo estoy muy contento, estoy pivotando una operación muy bonita, la organización de Unión Radio a la que pertenece la SER, que cuenta con 1.240 emisoras, que están en Estados Unidos, Miami, Los Ángeles, México, Costa Rica, en Colombia está Radio Caracol, Panamá, Argentina y Chile, y pretendemos am-pliar toda esta presencia. Estamos haciendo la primera organización del mundo de radio en español. Eso es una cosa única que tiene Prisa en el mundo y digna de empeñar los mejores días de uno para crecer consolidar y desarrollar este proyecto.

-Quería que habláramos también de Cádiz. ¿Cuál es tu diagnóstico acerca de la ciudad?

-Creo que lo fundamental que pasa en Cádiz es que falta un modelo de ciudad, o por lo menos ese modelo no se implementa con todo el vigor necesario. En ocasiones leo que no hay suelo industrial, o que pierde población, pero creo que los problemas de Cádiz no son esos. Creo que Cádiz todavía tiene un exceso de población. Tiene que ser una ciudad eficiente, más cómoda, se han hecho cosas muy interesantes y se ha avanzado mucho, pero para que sea una ciudad que progrese tiene que encaminarse a una cosa: en primer lugar es una ciudad de servicios, universitaria y de turismo, para lo cual tiene que haber una gran comodidad. Por ejemplo, nosotros hacemos la asamblea en Chiclana, y estamos encantados, pero nos hubiera gustado hacerla en Cádiz ciudad. Sin embargo, no había hoteles con suficiente número de habitaciones para albergar a las más de 500 personas que estamos aquí reunidas, o nos teníamos que distribuir entre varios hoteles, que no era plan. Por tanto, Cádiz necesita este tipo de infraestructuras. La gente, que tiene la tarde-noche libre, irá luego a Cádiz, donde celebraremos el sábado (por ayer) la sesión de clausura, en el Palacio de Congresos, y nos haremos la foto de recuerdo en las Puertas de Tierra. No nos hemos podido instalar allí, y eso que nos ha ocurrido a nosotros le debe pasar a mucha gente. Quiero aprovechar para agradecer las facilidades que nos ha dado el Ayuntamiento. Por ahí es por donde hay que profundizar. No es un problema de cantidad, sino de calidad, y de implementar las medidas necesarias para ese modelo eficiente, basado en esos pilares que he dicho, la universidad, los servicios y el turismo.

-Y ahora te pregunto por los gaditanos

-No me gusta generalizar, porque hay gaditanos y gaditanos. Hay a quienes no les gustan las coplas de Carnaval y no por eso son menos gaditanos, o traidores. Creo que la gente de Cádiz, en general, es gente con talento. No participo del cliché de que el individuo de Cádiz vive tan a gusto consigo mismo que no hace esfuerzos. No, mentira. Conozco gente de Cádiz que trabaja mucho, que es emprendedora. Sí se proyecta un cliché equivocado y que no responde a la realidad, que enfatiza en esos aspectos pseudofolklóricos. Esa imagen del gaditano como un individuo que vive para el Carnaval, la playa y la Semana Santa, que siempre cuenta chistes y trabaja poco, ese no es el prototipo de gaditano. Hay algunos que son así, pero es una minoría.

-¿Podemos depositar esperanzas en el proyecto del Doce o será una mera anécdota?

-Yo creo que si se hacen las cosas bien, no será nunca una anécdota. Creo que es un proyecto serio, sincero, pero en el que hay que tener una visión bastante más elevada de la que en ocasiones se tiene. Me viene este tema para, a través de una anécdota, establecer una categoría. He leído algunas cosas en la prensa de una batalla absurda que se planteaba en algunos artículos sobre la defensa del Oratorio de San Felipe Neri, como si en Cádiz faltaran iglesias, como si San Antonio y San Lorenzo, que están escasamente a 700 metros, no fueran capaces de acoger a todas las personas que legítimamente querían practicar la religión católica. Y se oponían a que se creara uno de los temas muy importantes, que yo creo que pueden permanecer en el tiempo y coadyuvar a crear esa ciudad universitaria, como es el Centro de Estudios Constitucionales, y que sé que hay algunas personas que querrían fomentar ese tema para crear como un archivo de la Transición Española. Eso tendría su valor en todos los sentidos, incluso el económico, porque los estudiosos podrían venir aquí. Y de pronto veo que lo importante, lo que moviliza es que se va a hacer laico un templo, cuando templos en Cádiz hay suficientes, que yo sepa.

-Una última pregunta, que no puedo evitar, ni quiero. ¿Has visto 'La Voz'? ¿Qué te parece el periódico?

-Claro que lo he visto. Me parece bien, me parece que está haciendo una apuesta novedosa sobre la información de Cádiz y que tiene una virtualidad en sí mismo. Sacar adelante un periódico es una cuestión particularmente dura, y más partir desde cero. Eso ya lo sabrás tú mejor que yo y lo estarás disfrutando y padeciendo al mismo tiempo.