ILUSIÓN. Milagros con sus padres antes de entrar en clase para jugar con sus compañeros.
Ciudadanos

«No podríamos afrontar la rutina diaria sin guarderías»

Una pareja de padres explica los motivos que les llevaron a matricular a su hija en uno de los centros socioeducativos que la Junta mantiene en La Isla

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Como muchos matrimonios de la provincia, la pareja isleña formada por Juan Manuel Tocino y Milagros Rivas concibe las guarderías como la única vía posible para poder seguir adelante con sus obligaciones laborales sin tener que renunciar al bienestar de sus hijos.

Ambos estrenaron la paternidad hace ya un año, cuando adoptaron a Milagros, una pequeña niña asiática que cumplirá próximamente los dos años de edad. Juan Manuel y Milagros no tardaron en comprobar que el cuidado de un hijo difícilmente es compatible con el desarrollo de la rutina propia del hogar. «Yo soy representante comercial y me paso todo el día en la carretera, mientras mi mujer invierte gran parte de la jornada en atender a su madre, que posee un alto grado de discapacidad física. Estas razones nos provocaron grandes preocupaciones, ya que el ejercicio de nuestros deberes complicaba durante varias horas diarias la vigilancia de Milagros», explica Juan Manuel.

Ante estos inconvenientes, el matrimonio decidió matricular a su hija en uno de los complejos socioeducativos que la Junta de Andalucía mantiene en La Isla. A pesar de que la pequeña sólo acude a dicha guardería desde hace escasos días, Milagros no duda en enumerar las numerosas ventajas que aporta el centro a su vida diaria. «Ahora tengo más libertad de movimiento para cuidar a madre y afrontar los quehaceres propios de cada hogar», subraya la madre.

Milagros confiesa que su escasa experiencia le hizo acoger esta medida con cierto recelo inicial. «Hoy no podría pasar sin la guardería, pero al principio, mientras estaba en el trabajo, no podía dejar de pensar en cómo estaría atendida mi hija. Con el paso de los días, comprendí sin esfuerzo que cada mañana quedaba al cuidado de un grupo de grandes profesionales en materia educativa», señala el padre.

Inconvenientes

La pareja isleña aclara que, a pesar de los beneficios posteriores, la decisión adoptada les hizo vivir momentos muy complicados al inicio del curso escolar. «El primer día de clase, Milagros no dejó de llorar y a nosotros nos faltó poco para hacerlo. Lo cierto es que la separación fue muy dura para ambas partes, ya que la niña no había abandonado nuestra compañía durante el último año. Ahora todo va bien y nos estamos adaptando, poco a poco y con éxito, a la nueva situación», explica el padre.

Por su parte, su esposa afirma que la incorporación de la niña a un centro socioeducativo ha contribuido a mejorar la calidad de vida de la familia. «Ahora padres y abuelos disfrutamos de la pequeña con mucha más tranquilidad e intensidad, ya que el tiempo que pasamos con ella es sólo para ella y no para preocuparnos por las obligaciones diarias», recalca.

Juan Manuel también agradece las facilidades dadas por la Junta de Andalucía a las familias de la provincia interesadas en beneficiarse de la oferta de los centros socioeducativos. Sin ir más lejos, él forma parte del grupo de padres a los que la Administración autonómica subvenciona parte del gasto que implica mantener la plaza en una de estas guarderías.