carnaval de cádiz 2007

Un cura y toda una hermandad hacen del teatro Falla su templo

Pedro Enrique García, cura gaditano destinado en Tarifa, cantó ayer con su comparsa en el Concurso Oficial de Agrupaciones en una sesión llena de altibajos

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Pedro Enrique García hizo ayer historia en el Carnaval de Cádiz. Por primera vez, un cura pisaba las tablas del Gran Teatro Falla como componente de una agrupación. Este joven sacerdote nacido junto al Falla, en la calle Soledad, es un carnavalero como otro cualquiera, y por ello, quiso participar en el certamen, aunque algunos años antes ya lo había hecho como integrante del coro La movida. En esta ocasión, debutaba en la categoría de adultos y con una comparsa, El canto del Trovador.

Según Pedro Enrique García, «hay curas metidos en todo y por qué no en Carnaval». De hecho, este cura quiere demostrar con este hecho que son personas normales y, por tanto, también tienen derecho a disfrutar de sus aficiones, que en este caso es el Carnaval. «Los ideales que tengo con mi comparsa y los que tengo con mi vocación no son distintos. Con ambos pretendo denunciar las injusticias y decir la verdad», comenta. De este modo, este sacerdote abandonó ayer la localidad en la que reside y su parroquia para disfrutar de lo que también se ha convertido en una religión para los gaditanos, el Carnaval, con su templo en el Gran Teatro Falla.

Además, en los camerinos del Gran Teatro Falla también coincidió con su tío, componente paradójicamente del coro que llevaba de nombre La Hermandad y que le dedicó su actuación al padre de Raúl, un componente del grupo, que no pudo cantar tras el fallecimiento de su padre.

Los integrantes del coro gaditano bromearon con el cura, que, sin duda, fue el protagonista de la noche en una función llena de altibajos, donde brillaron con luz propia la chirigota de Luis María Rodríguez Roldán y la del Canijo, que volveremos a escuchar en la próxima fase de semifinales.