Construcción en el dique de PuertoReal de uno de los patrulleros de Venezuela.
Construcción en el dique de PuertoReal de uno de los patrulleros de Venezuela. - a.v.
industria naval

El gancho electoral de los astilleros

Los anuncios de carga de trabajo en Navantia coinciden en el tiempo con vísperas de elecciones

JAVIER RODRÍGUEZ
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La carga de trabajo en los astilleros públicos se ha convertido durante las dos últimas décadas en una de las mejores armas políticas electorales. No hay campaña electoral que se preste, que no lleve implícito el anuncio de un contrato para Navantia. Otra cosa bien distinta es que la promesa se cumpla o tarde varios años en materializarse. La estadística demuestra que tanto el PSOE como el PP han jugado sus cartas en favor de la industria naval desde 2004 con el ánimo de asegurar votos y garantizar un resultado electoral satisfactorio.

El granero de votos que aporta este sector, clave en la Bahía de Cádiz, bien vale un mitin. La firma el pasado miércoles del contrato entre Navantia y el grupo vasco Ibaizábal

para la construcción de cuatro petroleros, con opción a dos más, en los astilleros de Puerto Real y Ferrol, puede servir de ejemplo, pero no es el único. El entonces presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, sabía cuando llegó al poder en marzo de 2004 que controlar a los 'bluemen', los hombres de azul, era sinónimo de estabilidad socio laboral en Galicia y Andalucía.

Así, un año después de asentarse en la Moncloa acometió la reconversión de Izar a Navantia, que permitió concentrar la actividad naval pública en ambos polos del país y garantizar con ello carga de trabajo, sobre todo, del sector de defensa. El contrato que firmó con el gobierno de Venezuela el 29 de marzo de 2005 para construir ocho patrulleros en los astilleros gaditanos por valor de 1.300 millones de euros dio mucho juego en las municipales de mayo de 2007 y en las autonómicas y generales de marzo de 2008.

El contrato de los petroleros ha estado presente en las autonómicas y municipales

Siguiendo con la estela de Zapatero, otro de los anuncios de carga de trabajo más sonados en año electoral fue el contrato con Estados Unidos para reparar en Cádiz los cuatro destructores que participan en Rota en el despliegue del escudo antimisiles. El presidente Rodríguez Zapatero anunció esta importante noticia el 5 de octubre de 2011, un mes antes de las elecciones generales que auparon al PP al Gobierno de la nación.

Zapatero utilizó el espaldarazo norteamericano para ganar la confianza electoral del sector en la Bahía de Cádiz, sin embargo, el conflicto de Delphi empezaba a recrudecerse en esa época al anunciar la Junta el fin de las ayudas a la formación de los parados. Curiosamente, el contrato que anunció Zapatero con Estados Unidos en octubre de 2011 no se firmó hasta el 27 de septiembre de 2013, ya con el gobierno del PP.

La obra de los BAM

Otro de los anuncios del PSOE sobre carga de trabajo para los astilleros sobrevino el 29 de julio de 2011, dos meses después de la celebración de las elecciones municipales y cuatro meses antes de la convocatoria de las generales. En esta ocasión, el Gobierno de Zapatero anunció la contratación de la segunda fase de los Buques de Acción Marítima (BAM) para la Armada Española, que suponía la construcción de cinco unidades por más de 740 millones de euros de inversión. Sin embargo, el PSOE nunca consignó la obra, aunque dejó preparado su trámite previo. El PP se encargó de repasar el expediente y confirmar que el Ministerio de Defensa no tenía dinero para acometer esta inversión.

El anuncio, por tanto, quedó en el cajón. No obstante, ha sido el propio gobierno popular el que ha rescatado este proyecto y en febrero de 2014 anunció la contratación de dos BAM y el 7 de mayo se firmó el contrato. La construcción de ambos barcos comenzó en diciembre en las factorías de San Fernando y Ferrol. Ahora se exige la puesta en marcha de las tres unidades que faltan.

El anuncio de carga de trabajo para astilleros en víspera electoral no ha sido patrimonio solo de gobiernos socialistas. Los populares también han explotado el tema naval en sus campañas electorales. El 9 de diciembre de 2013 se alcanzó un acuerdo con Gas Natural, a través del armador noruego Knutsen, para contratar con Navantia la construcción de un gasero.

No se descarta que el quinto gasero o los BAM resuciten en vísperas de las generales

Esta operación tenía lugar después de que los armadores Knutsen y Elcano, que trabajan para Gas Natural, adjudicaran a dos astilleros asiáticos la construcción de cuatro barcos de estas características. La decisión obligó al Gobierno de España a mediar y buscar una solución intermedia, más bien salomónica, en favor de Navantia. Los armadores justificaron su decisón en la falta de capacidad tecnológica de los astilleros públicos para desarrollar gaseros de última generación y, lo peor aún, es que Navantia había entregado fuera de plazo su oferta. Este caso provocó una crisis institucional. No se podía concebir que una empresa española como Gas Natural hubiera permitido que la inversión volara del país. Finalmente se arregló el entuerto con la contratación de un quinto gasero.

El presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, se desplazó a Cádiz el 8 de mayo de 2014 para confirmar la noticia y anunciar que la obra aportaría tres años de carga de trabajo a Puerto Real. Este anuncio se hizo en víspera de las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014, donde iba como cabeza de lista por el PP el exministro de Agricultura, el jerezano Miguel Arias-Cañete.

El enigma del gasero

La construcción del quinto gasero sigue siendo, a día de hoy, una incógnita por resolver, aunque Navantia redactó su oferta técnica y económica. No se descarta, por tanto, que la contratación de este buque se resucite en la víspera de las elecciones generales, previstas para final de año.

Pero si hay un contrato que ha cabalgado a lo largo de dos campañas electorales seguidas y su efecto se ha amplificado ése ha sido el de los cuatro petroleros con el grupo vasco Ibaizábal. Navantia adelantó en febrero de este año la posibilidad de firmar un acuerdo para regresar al negocio civil con la construcción de barcos petroleros. El 9 de marzo de 2015, la dirección de Navantia confirmó los contactos con el armador del grupo Ibaizábal, Ondimar Transportes Marítimos, para sacar adelante el proyecto. Ese día firmaron la hoja de ruta que se debía seguir hasta el 30 de junio, fecha en la que se firmaría dicho contrato.

El anuncio se hizo dos semanas antes de las elecciones autonómicas andaluzas. Las negociaciones entre Navantia y el grupo Ibaizábal siguieron adelante y el 16 de mayo, en plena campaña electoral de las municipales, firmaron un preacuerdo. La carga de trabajo en astilleros protagonizó varios mítines. El acuerdo se firmó el 30 de junio y el pasado 29 de julio, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), principal accionista de Navantia, dio su bendición definitiva al contrato de los petroleros, que permitirá 23 meses de actividad plena en el astillero de Puerto Real.

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