Dos pescadores reparan unas redes en el puerto de Barbate
Dos pescadores reparan unas redes en el puerto de Barbate - antonio vázquez
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El sector pesquero alerta de que el cierre de la cofradía de Algeciras no será el único

La reducción de ingresos y la falta de apoyo de las administraciones públicas ponen al límite a estos colectivos de armadores

elena martos
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. El dramático anuncio de cierre que realizaba esta semana la patrona mayor de la Cofradía de Pescadores de Algeciras es síntoma de la difícil situación que viven estos colectivos. Las constantes restricciones de capturas, el estado de los caladeros y la falta de apoyo ha terminado con un modelo que venía funcionando desde hace décadas. El sector vive uno de sus peores momentos y lucha por la supervivencia en un momento de especial dificultad.Sus representantes advierten de que quizá Algeciras no será el único caso.

Ya lo dejaba entrever la patrona María Oliva Corrales, que el pasado jueves encajaba uno de los peores días de su vida. Ante los medios de comunicación anunciaba que la Cofradía echaba el cierre después de 89 años, dejando así su cargo como representante del sector y su puesto al frente de la lonja.

Esta armadora admitía que es imposible asumir el embargo de casi 389.000 euros ordenado por la Seguridad Social por deudas que se venían arrastrando desde mediados de los noventa.

No hay ayuda, no hay más continuidad. María Oliva Corrales dijo entonces que «sólo un milagro» podría mantener la actividad en la Cofradía de Algeciras, la de mayor trayectoria, donde se encuentran representados un total de 40 barcos de 24 afiliados.

Y las cosas no parecen estar mucho mejor en Barbate. De seguir como hasta ahora, el patrón mayor de la cofradía, Alfonso Reyes, vaticina el mismo destino. «Es como un exterminio», lamenta cuando se le pregunta sobre la situación y critica que «aún siendo un órgano consultor de las administraciones no recibido ningún tipo de apoyo económico». Reyes explica que «las cofradías están para facilitar las gestiones a los armadores de permisos, ayudas económicas, solicitudes,... De todo lo que se debería de encargar la Junta o el Ministerio de Agricultura». Por eso mismo no considera «justo» que ese ahogo y esa presión venga desde el propio ámbito público. «Es que no pagan siquiera los gastos de acudir a las reuniones. Así es imposible con un sector tan machacado como el nuestro», indica. La Cofradía de Barbate tiene censados un total de 52 barcos y representa a más de 450 tripulantes de todas las modalidades, desde las artes tradicionales al cerco y el palangre.

Medidas drásticas

Para mantener su continuidad se aplicó un expediente de regulación de empleo y el colectivo se desprendió de la administración de la lonja y la fábrica de hielo porque era imposible seguir asumiéndolo. Cuenta el patrón mayor que «ahora tenemos únicamente a dos trabajadores y vamos con lo mínimo».

El presidente de la Federación de Asociaciones Pesqueras, Pedro Maza, lamenta esta decisión, pero está convencido de que «no será la única». Indica que la crisis que afrontan armadores y trabajadores del mar se debe a la falta de recursos por la limitación del acceso a caladeros, el endurecimiento de la política comunitaria y las dificultades para aprovechar otras posibilidades de pesca. Un claro ejemplo fue la crisis con Marruecos tras la firma del nuevo acuerdo pesquero que generó duras controversias con la flota del país vecino y una limitación para hacer uso de sus derechos de pesca.

Es sólo una prueba de las trabas a las que se enfrentan en solitario. Reconoce que las ayudas solo compensan las paradas biológicas, todo lo demás carga sobre la espalda de los pescadores. «Hay una inmensa mayoría del sector que solo sobrevive y lo hace sin ningún tipo de ayuda», destaca.

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