elecciones andalucía 2015

Un nuevo con kilómetros

Infatigable y con el gran empeño de que se le conociera, Juanma Moreno se ha caminado toda Andalucía en busca de la confianza de los votantes

maría almagro
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«Desde el principio de su aventura electoral -de eso hace poco- se empeñó en que todo el mundo lo llamara Juanma. Entre la estrategia y el convencimiento ha sido una forma de ponerle nombre a la cercanía y confianza que se ha empeñado en transmitir durante toda la campaña.

Juan Manuel Moreno Bonilla, 'malagueño' nacido en Barcelona hace 44 años, ha vivido casi como una obsesión el despojarse de etiquetas, de añadidos y herencias que le señalen como un pijo señorito andaluz de largas patillas (se las cortó) o, al menos, como un político más que ha vivido de espalda a los problemas de la calle.

Un reto que emprendía sabiendo de su dificultad, sobre todo por el momento en el que le había tocado ponerse al frente de la batalla.

Por eso, dicen quienes lo conocen bien, que desde que asumió la responsabilidad de poder algún día gobernar Andalucía no ha parado. Infatigable y midiendo bien cada paso se ha recorrido la región de punto a punto con un objetivo marcado a fuego: que se le conociera.

Padre de tres hijos, Juanma, Fernando y Alonso, de 6 y 4 años y de ocho meses, desde pequeño vivió de cerca los sacrificios que hay que afrontar por la familia. Sus padres tuvieron que dejar Málaga para ganarse la vida en Barcelona.

De regreso, cuando el ahora político de primera línea contaba con tan solo dos meses, un ultramarino de barrio «donde se vendía de todo» les sirvió a los Moreno Bonilla para tirar para adelante. Sus abuelos maternos, jornaleros de Alhaurín, ya habían dejado claro que la vida no iba a ser fácil, que habría que sudar.

Aunque nuevo en los carteles electorales, Moreno Bonilla no es un debutante en el Partido Popular. Comenzó a militar en los 90, al principio de la era Aznar, cuando el felipismo, salpicado de corruptelas, entraba en su etapa más oscura.

Primero en la Universidad y después al frente de Nuevas Generaciones, Juanma Moreno poco a poco fue tomándose la política en serio. En un futurible profesional. Entonces pasó de estudiar Psicología y Pedagogía a completar un grado en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela.

Y de Nuevas Generaciones de Málaga, a presidir el mismo órgano a nivel nacional. Y más tarde, de concejal de Juventud de los distritos de Puerto de la Torre y Campanillas en el Ayuntamiento de Málaga a diputado nacional desde 2000 y, entre otras responsabilidades, a Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad y presidente del partido en Andalucía.

Durante todo este camino, a su lado, ha estado siempre su mujer, Manuela Villena, 'Manu', la hija de un agricultor y una ama de casa, nacida en el municipio granadino de Padul, licenciada en Ciencias Políticas, excelente estudiante y actualmente en paro.

También militante del Partido Popular conoció a su marido en un congreso. «Me miró a los ojos y le dije que sí». Cuenta del que es su compañero desde hace diez años.

Con la sombra todavía algo presente de Javier Arenas y tras vencer a José Luis Sanz en la cúpula de Sevilla, Juanma Moreno decidió tomar por otro camino. Más templado, y más de centro según algunos.

Pero para él, sin definiciones. Sin ataduras. Como si le hubieran puesto en un punto de partida que debía de comenzar solo. Sin padrinos ni enemigos tampoco. «Yo soy nuevo, soy un ciudadano normal», ha insistido en recordarle a todo aquel que le ha confesado sin complejos su hastío, incluso manía, por los políticos.

Y se lo tomó en serio. Tanto que al ser nombrado candidato llegó a prepararse hasta físicamente para la carrera que le esperaba. Durante estos últimos meses ha intentado dormir al menos seis horas diarias, y cada mañana al levantarse si estaba en Sevilla salía a correr por el Guadalquivir de 30 a 40 minutos antes de montarse en la furgoneta que se ha convertido por unos meses en su casa y despacho.

En ella ha recorrido unos 30.000 kilómetros. Al volante, Ángel el conductor que discreto ha escuchado todas las estrategias que se discutían en la Multivan Volswagen en la que han viajado Moreno Bonilla y su equipo más directo, su jefa de gabinete y los asesores de comunicación.

Esa vida de carretera ha sido para el malagueño, según dicen sus allegados, muy cansado, pero «ilusionante y bonito». ¿Repetirá?«Eso ya se verá». Tendrá que sudarlo.

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