Una empresa gaditana triunfa en el mundo de las apps y los videojuegos educativos

A veces cambiar la línea de negocio o la estrategia puede ser la solución. Los estudios gaditanos Omnium Lab, especializados en la creación de apps y videojuegos educativos, son prueba de ello.

Nacieron hace un año y como suele ser habitual buscaron inversores para su idea. El talento lo tenían pero les faltaba el dinero. Llegó algún inversor y consiguieron cerrar resultados con una facturación de 10.000 euros. Pero tenían que ir a más. Así que decidieron cambiar inversores por clientes, centrarse realmente en el producto y venderlo con total confianza, creyendo en lo que habían hecho. La facturación creció hasta los 150.000.

La empresa mantiene su sede en Algeciras y de momento no piensan en mudarse. «Nos han dicho muchas veces que nos vayamos a Madrid o a Barcelona (centros de la actividad TIC) pero creo que no es necesario.

Las buenas ideas se venden allá donde estén», asegura el fundador de la empresa y director ejecutivo, José Antonio Racero, defensor junto a su equipo de la Marca Cádiz.

La especialización ha sido otra de sus armas principales. Se dedican a los serious games, videojuegos educativos que transcienden del aspecto lúdico para formar a trabajadores en una empresa, ayudar en las tareas de ser padres, poner en contacto a través de una red social propia a profesores y alumnos, e incluso promover el reciclaje en una app para Ecoembes.

Un videojuego para aprender a emprender

«Nuestro último proyecto es un videojuego que hemos hecho para el Consejo Social de la UCA y que ayuda a través del juego a los estudiantes o futuros profesionales a diseñar su modelo de negocio, o a dar con las claves para ser emprendedores».

Por otro lado, también están a punto de lanzar una nueva aplicación móvil que permitirá a un jugador de golf a llevar todos los datos de su partida de modo on line y compartirlo con otros jugadores de la competición.

Recientemente, Omnium Lab ha puesto firma a la app de Eco-foodnet, «la primera red social gastronómica». Su objetivo es intercambiar comida «para ahorrar dinero, tiempo y recursos energéticos».

Según explican sus desarrolladores, la plataforma pone en contacto a personas interesadas en ofrecer y consumir raciones de comida, recién hecha o congelada, para su consumo por parte de otros usuarios.

La búsqueda se puede hacer por diversos parámetros. Según explica Octavio Ariza, uno de los creadores, «Ecofoodnet trata de facilitar la vida a esas personas que no viven en familia, que comen en la calle o se cocinan a diario, lo que implica fregar y generar gastos. Lo que se consigue con esta red es la posibilidad de organizarse para, cocinando y gastando recursos un solo día, poder comer toda la semana optando a una amplia oferta».

Un parque infantil en una app

Otra de las apps con las que mejores resultados han obtenido -unas 12.000 descargas en todo el territorio nacional- ha sido Baby Park, una app educativa infantil dirigida a niños de entre uno y cinco años y que contó con una madrina «de lujo», Teresa Rabal.

La app simula un parque infantil en el que el niño se mueve por los diferentes reclamos que aparecen dibujados. Al interactuar con ellos, una voz infantil indica al niño la sección en la que está entrando. «En Baby Learn, los más pequeños encontrarán una amplia variedad de juegos en los que poder divertirse con conceptos del aprendizaje temprano, tales como las vocales, los números, los vehículos o los animales, todo ello tanto en español como en inglés».

Una simpática locución infantil ayuda a identificar objetos y a interactuar y familiarizarse con ellos de forma bilingüe. Además ofrece también una pizarra en la que dibujar y colorear, así como un sonajero virtual. Además, un candado evita que el niño salga por sí solo de la aplicación para evitar así riesgos.

El problema de 'mates', en el móvil

Sin salir del mundo educativo, Omnium Lab también ha desarrollado la aplicación móvil de RedAlumnos, una red social a la que se conectan 100.000 estudiantes y profesores hispanohablantes. A través de ella, pueden acceder a sus aulas de manera virtual. Las fotos de la última excursión, las fechas de exámenes, los problemas de matemáticas... «Es tan sencillo como leer un WhatsApp», explican, aunque con la diferencia de que esta plataforma es pública y puede resultar por tanto más segura para evitar suspicacias y riesgos.

Pero al margen de todos estos proyectos, hay uno que es para Omnium Lab la niña mimada. Se trata de un desarrollo en el que han invertido muchas horas de trabajo y que, por problemas de financiación, no le han podido sacar todo el provecho que hubiera sido posible. Se trata del videojuego 'El misterio de Amelia', una aventura clásica tradicional, que plantea al jugador un reto en una trama de espionaje que le conduce a un sorprendente viaje a través de la historia.