El líder de la banda, durante su detención en Madrid
El líder de la banda, durante su detención en Madrid
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El líder de la banda de secuestradores caída en Cádiz, un 'killer' de barrio

Ismael López, alias 'el Ojos', mató a dos personas en el año 2000 y tras salir de prisión montó su organización criminal

Silvia tubio
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Fue sólo mostrarle la máscara de látex que llevaba uno de sus secuestradores y echarse a temblar. A Carlos Reina, empresario de la piel de Navalmoral de la Mata (Cáceres), el mínimo recuerdo de aquella mañana le atemoriza.

El 26 de septiembre, cinco individuos se colaron en su nave industrial, lo amordazaron y lo torturaron hasta que consiguieron sacarle dónde guardaba el dinero. Un hermano lo encontró en su despacho ensangrentado y atado de pies y manos. Tuvo que ser hospitalizado de urgencia, pero sobrevivió.

Los secuestradores habían demostrado un desprecio absoluto por su vida. Su líder había impuesto al resto de miembros de la banda su sello personal. Ismael López, alias 'el Ojos', creció en el barrio madrileño de Vallecas, donde en el año 2000 le recordaban como un joven chulo y violento en las maneras.

Asiduo de la movida nocturna, en el barrio preferían no llevarle la contraria. Una docena de antecedentes por robos y peleas eran sus galones.

Los periodistas se interesaron hace 14 años por este vecino de Vallecas porque acababa de ser detenido por segunda vez en menos de una semana y por dos homicidios. En enero de 2000 fue arrestado por apuñalar a un portero de discoteca. Había mirado a su chica y dictó sentencia callejera.

«A los pocos días quedó en libertad con cargos y buscó a uno de los testigos para cargárselo también», relata uno de los guardias civiles que ha seguido la pista del 'Ojos' desde hace meses. Nuevamente, la puerta de una discoteca y otro joven muerto por arma blanca. Su caso sirvió para reabrir el debate perenne sobre la reinserción de los delincuentes más peligrosos. Había sido puesto en libertad con cargos como sospechoso de la primera muerta y se vio envuelto en una nueva agresión mortal en poco más de 48 horas.

Tras la segunda detención, permaneció en prisión ocho años cumpliendo condena. Al salir de la cárcel, montó su organización con otros delincuentes que había conocido en el patio de prisión o con los que se había relacionado antes de su última frenada en seco entre rejas.

Su organización se especializó en buscar objetivos con dinero a los que vaciarles la caja fuerte sin sutilezas. La Guardia Civil, que ha llevado el peso de la ' operación Periplo', sospecha que además recibían encargos de otros mafiosos para ajustar cuentas. Creen que la muerte del traficante de Chiclana fue un servicio encargado por el que cobrarían una comisión.

Esta línea no ha podido ser probada, pero uno de los 18 detenidos está relacionado con este turbio negocio.

Cuando la UEI (Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil) reventó la entrada de su última morada en Buitrago de Lozoya (Madrid) el pasado 16 de octubre. El Ojos ni siquiera se puso nervioso: «He perdido. Sabía que me estabais buscando y esta vez he perdido». Si no hubiera sido arrestado por el Instituto Armado, el gerente de un casino de Madrid, un industrial de las tragaperras y otros tres empresarios habrían sido sus siguientes víctimas.

Algunas de las máscaras empleadas en los secuestros
Algunas de las máscaras empleadas en los secuestros
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