Susana Díaz, en el Parlamento andaluz, con su equipo de colaboradores más cercano
Susana Díaz, en el Parlamento andaluz, con su equipo de colaboradores más cercano - RAÚL DOBLADO
CANDIDATA A LAS PRIMARIAS

Susana Díaz ante su complicado proceso de la sucesión en el PSOE-A y la Junta de Andalucía

La presidenta no abandonará San Telmo y demorará su relevo al frente del partido en Andalucía

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Uno de los motivos que ha frenado hasta ahora a Susana Díaz en su carrera hacia Ferraz ha sido el temor a perder el poder que atesoraba. Hasta la fecha es la socialista con mayor poder institucional de España y la secretaria general de la federación más importante del PSOE. Y eso le ha dado una voz propia que reivindica en cuanto surge la ocasión.

Por eso a partir de este domingo, cuando se lanza definitivamente al ruedo, seguirá siendo ambas cosasal menos hasta el verano cuando se celebre el Congreso Regional de los socialistas andaluces.

Los estatutos del PSOE la amparan en esta estrategia porque todos los cargos son compatibles. Es decir, Susana Díaz podría ser a la vez secretaria federal del PSOE y secretaria general del partido en Andalucía, aunque no es su intención compatibilizarlos de hecho. Eso, además de mantenerse al frente de la Junta de Andalucía.

Así también se guarda una bala en la recámara y, en el caso de que perdiese las primarias (cada vez hay más nervios en todas las candidaturas) podría refugiarse en sus cuarteles andaluces.

Su ejército está convencido de que ganará las primarias. Su experiencia en este tipo de enfrentamientos internos la avalan de sobra muy por encima de sus dos rivales, Pedro Sánchez y Patxi López, aunque todos son conscientes de que el PSOE federal no es el andaluz y sus claves internas (y censos) son diferentes.

Relevo tranquilo

Pero eso no significa que el relevo de Susana Díaz al frente del partido no sea un problema grave que inquieta al PSOE andaluz aunque nadie se atreva a confesarlo abiertamente. La sucesión en la sede de San Vicente tendrá que ser mediante un proceso de primarias y los partidarios de Pedro Sánchez ya han anunciado que habrá una candidatura alternativa a la oficial. La lideresa andaluza tiene bastante bien controlado el partido pero todo dependerá de los resultados de las primarias y el Congreso Federal. Lo que no quieren ni plantearse es que este órdago vaya a hacerla perder no sólo la Junta sino también el PSOE andaluz. Sería el fracaso más absoluto.

El susanismo tendrá que consensuar con la mayor parte del partido en Andalucía un candidato fuerte, que tenga buenas relaciones con la lideresa y con suficientes avales como para dirigir el partido en primer lugar y ser el candidato a la Junta en segundo lugar y cuando llegue el momento. Porque la bicefalia a largo plazo es una solución prácticamente descartada. Hasta ahora, todos los experimentos han salido mal y hay profunda inquietud entre los socialistas precisamente en este momento político con el PP hostigando a las puertas de la Junta.

Entre los nombres que suenan para la sucesión están Paco Reyes, Juan Espadas o Mario Jiménez

En este contexto se barajan varios nombres pero en las últimas semanas parece que se va despejando el horizonte aunque todavía queda mucho camino por recorrer. El primero es Paco Reyes, secretario general de Jaén y con quien Susana Díaz tiene una importante deuda política. Hay quien saca a colación el llamado Pacto de Jaén, aquel que se firmó cuando Micaela Navarro estuvo a punto de disputar las primarias a Susana Díaz en 2013. Su candidatura se desarmó en el último momento y la lideresa señaló a Paco Reyes como su sucesor futuro.

Sin embargo, una de las opciones más sólidas parece ser la de Juan Espadas, el alcalde de Sevilla. Es un hombre de Susana, tiene experiencia en la gestión en la Junta de Andalucía, buen perfil y es valorado por su falta de aristas. Todo ello suma en el PSOE. El principal problema es que obligaría a buscar otro candidato para la Alcaldía hispalense y eso abriría otro frente en el partido. Claro que también supondría un relevo que Paco Reyes fuese el líder regional puesto que es el secretario general de Jaén en la actualidad. Otro proceso sucesorio.

Mario Jiménez, el superportavoz (de la Gestora y del grupo parlamentario socialista en Andalucía) también se cuela en las quinielas. Ya sonó como sucesor de José Antonio Griñán pero Susana Díaz lo adelantó y se quedó con el partido. Ahora ocupa un papel muy relevante, con proyección en Madrid. Pero su tarea desgasta mucho así que habrá que ver si su imagen no se ha quemado cuando todo el proceso haya finalizado.

Seguirá como presidenta

Su continuidad al frente de la Junta de Andalucía es indiscutible. La lideresa quiere mantenerse en la Presidencia hasta que se agote la Legislatura. El Palacio de San Telmo es su atalaya para hacer la oposición a Rajoy, para tener un altavoz nacional y poder participar y dirigir la mayor parte de los debates nacionales. Es consciente de que eso tiene un elevado riesgo porque no puede obviar los problemas de Andalucía pero también de que la estrategia de la confrontación con el Gobierno central es de sobra conocida en los pasillos del Gobierno andaluz.

Así, Susana Díaz permanecerá como presidenta de la Junta hasta que se convoquen las elecciones autonómicas de la primavera de 2019. Eso, siempre y cuando no haya adelanto electoral de las generales. Si eso ocurre, la presidenta andaluza sería la candidata del PSOE a la Moncloa y entonces tendría que dimitir de su cargo institucional. Pero, aún así, la solución también está prevista ya que el vicepresidente Manuel Jiménez Barrios —que tiene el aval de Ciudadanos— pasaría a ocupar la presidencia hasta que se convocasen las elecciones autonómicas.

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