El Parlamento cierra con una pantomima la comisión de investigación de la formación

El PSOE en general y Susana Díaz en particular salieron ayer victoriosos de uno de los principales envites que tenían en su horizonte político desde que comenzó la Legislatura. Ciudadanos puso como condición para aupar a la lideresa a la Junta la creación de una comisión de investigación de la formación que averigüase qué había sucedido con los más de tres mil millones de euros destinados a cursos que no se gastaron en cursos para parados, que se entregaron a mansalva, sobre todo entre 2007 y 2009, y que fueron a parar a manos de empresarios más o menos afines al PSOE, y de los que hay al menos 980 millones pendientes de justificar. Una comisión que ha generado mucha preocupación política en el Gobierno andaluz y que llamó a declarar a la propia Susana Díaz.

Tras año y medio de polémicas, de acusaciones de todo tipo y de escándalos como la compra de botellas de alcohol para el restaurante del exalcalde socialista de Punta Umbría o la concesión de 33 millones de euros al exconsejero Ojeda para cursos irregulares de extrabajadores de Delphi, ayer se debatía en el Parlamento el dictamen final que tenía que determinar las responsabilidades políticas.

Chaves y Griñán salvados

Los nombres de Chaves y Griñán estaban sobre la mesa tras el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos que había dejado fuera a Susana Díaz pero la Cámara andaluza, gracias a la inestimable ayuda de Podemos —nadie se lo hubiera dicho a la presidenta unos minutos antes— aprobó que no hay responsabilidades políticas de ningún cargo de los gobiernos del PSOE en diez años.

Así, nadie es responsable de los «desórdenes e incidencias de los responsables políticos», ni de la «falta de agilidad y celo en su actuación», ni del hecho de que no se hayan establecido «directrices unitarias y conjuntas» «que han puesto de manifiesto una falta de previsión y continuidad» en las políticas de formación de los desempleados. Frases textuales que sí se han aprobado con el apoyo del PSOE y Ciudadanos y que quedarán en los anales de la Cámara andaluza.

Y el principal artífice de estas conclusiones fue el grupo de Podemos que no quiso votar en el Parlamento como una forma de protestar ante este «fraude» y que convirtió en un esperpento la sesión plenaria.

Porque los votos del PP, Ciudadanos y dos diputados de IU (el resto no pudo votar por un error en el grupo parlamentario) no fueron suficientes para contrarrestar los 47 votos del PSOE que se opusieron a volver a manchar el nombre de sus expresidentes con otra acusación de corrupción. Si Podemos hubiese aportado sus 15 votos, habrían ganado la votación y las conclusiones serían otras muy diferentes.

O todo o nada

Pero la formación morada quería todo o nada. Señalaba a Susana Díaz —igual que el PP e IU— como responsable política de este fraude por haber parado los cursos de formación para parados en 2012 y haber perdido los fondos europeos y nacionales que llegan para sufragarlos y que se cifran en más de mil millones en estos últimos cinco años. Al quedar fuera la presidenta por la intervención de Ciudadanos al respecto, Podemos optó por romper la baraja... y dar el triunfo a Susana Díaz.

Eso sí. Oficialmente, la comisión de investigación no quedará como un fracaso ya que hay un dictamen definitivo aprobado por el Parlamento para explicar qué pasó con los cursos de formación. Un dictámen que no explica ni los fondos perdidos, ni por qué no se han recuperado los indebidamente gastados ni tampoco qué pasó con los cursos que se cobraron y no se impartieron. Es más, Podemos ha dicho en la tribuna parlamentaria que ha habido «chapuza, corrupción y negligencia» en diez años de gobiernos socialistas. Sin embargo, han triunfado las tesis del PSOE «no pasó nada y sólo ha habido desórdenes». Así pasará a la historia sin posibilidad de cambiarlo ya.