Norbeto del Castillo: «Tenemos que competir con Mónaco e Italia por los turistas, no con Túnez»
El presidente de la patronal de chiringuitos de playa analiza al situación del sector en Andalucía
Los chiringuitos andaluces son parte del eje del modelo de turismo que vende Andalucía. Sol, playa y tinto de verano parecen ser las tres patas del éxito del mercado andaluz. Pero tras este sector no solo hay sangrías y espetos. Los problemas les llevan a alzar la voz contra la Junta de Andalucía.
-¿Cuál es la situación de los chiringuitos andaluces ahora mismo?
-Avanzamos muy lento, seguimos en la misma situación después de muchos años, sin la renovación de las licencias. No se avanza nada. Creíamos que con la transferencia de las competencias del sector a la Junta podríamos ir más rápido y no es así. Hay provincias que van mejor y otras están estancadas, como en Málaga, que tiene el 50 por ciento de la actividad del sector en Andalucía.
-¿Qué les dicen desde la Junta?
-Susana Díaz hace tres años se comprometió a que en aquel verano se concederían todas las licencias de renovación. De eso hace ya dos veranos y seguimos igual. No se sabe nada y algunas provincias están atascadas.
-¿Qué supone eso para sus negocios?
-Es muy complicada la situación en la que estamos porque ahora mismo tenemos una normativa transitoria, pero seguimos pagando el canon cada año. Sin embargo, no podemos hacer reformas en los chiringuitos. Y son obras que hay que hacer, porque estamos en un medio tan agresivo como el marítimo.
-¿Qué es lo más urgente?
-Tenemos que poner servicios para minusválidos y cambiar instalaciones eléctricas para evitar accidentes. Hay compañías eléctricas que no autorizan las reformas porque claro, no tenemos la renovación de la licencia, la concesión no está actualizada...
-¿A cuántos negocios afecta esta situación de parálisis? ¿Cuántos chiringuitos hay en Andalucía?
-En Andalucía hay de 900 a 1.000 chiringuitos. Es una horquilla porque muchos años desaparecen unos y se abren otros, no son estables.
- Eso supondrá mucho empleo...
-Sin duda. En el último censo del sector, calculamos unos 40.000 puestos de trabajo directos. Hay que tener en cuenta que son instalaciones con mucho personal, en cualquier chiringuito hay 25 personas trabajando y todo el mundo se concentra en dos horas para comer. Hace falta mucho tiempo de preparación y dos turnos.
-¿Cuánto facturan al año esos aproximadamente 1.000 chiriguitos andaluces de los que habla?
-Valorar la facturación del sector es muy complicado, hay muchas empresas pequeñas. Pero podemos hablar de unos 600 millones de euros anuales aproximadamente.
-¿Se nota ya la recuperación económica en las playas?
-Sí porque ahora hay algo más de actividad. Gente que pide aperitivo, copas, postre... y eso se había perdido. Pero hay muchos que siguen igual, consumiendo lo mínimo.
-Hay quien no ve bien que se ocupe la playa con negocios...
-Eso es una tontería. La construcción del chiringuito es como una pequeña ampliación del paseo marítimo, no una gran obra. Y son públicos, no privados, no es para que los disfrute el dueño, sino todo el mundo.
-El negocio de los chiringuitos está muy ligado al verano, al turismo de sol y playa. ¿Cómo se lucha desde el sector para alargar la actividad y luchar contra la estacionalidad?
-Sobre la estacionalidad se van haciendo cosas, pero es muy difícil de romper en sitios masificados como la costa de Andalucía porque todo el mundo toma vacaciones en verano. En otras épocas del año hay un pequeño grupo de gente que puede viajar, como por ejemplo quienes no tienen hijos en edad escolar, por ejemplo. Pero no hay tanto turismo todo el año. Y aunque se haga algo, luego hay un mercado limitado. Canarias está moviédonse en esa dirección, pero si en Andalucía lo hacemos también, es quitar turistas de un lado para llevarlos a otro.
