Adelina Díaz Mora, donante, Manuel Díaz Mora, trasplantado, y otra hermana de la familia ROCIO RUZ
SANIDAD

Mucho más que un regalo: un riñón para su hermano

El Hospital Regional de Málaga realiza por primera vez en Andalucía un trasplante de donante vivo con grupo sanguíneo incompatible

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Manuel tiene una enfermedad genética, llamada de Alport, que le afectaba gravemente a los riñones. Y avanzaba muy rápidamente por lo que su hermana Adelina no lo dudó ni un momento, estaba dispuesta a donarle su riñón para devolverle una calidad de vida que había ido perdiendo a pasos agigantados a pesar de que sólo tiene 44 años.

Y no era la primera vez que estaba dispuesta a pasar por un quirófano sin necesidad y a perder un riñón para el resto de su vida. Diez años atrás había estado dispuesta a lo mismo, a donar el riñón a su hermano mayor, aquejado de la misma enfermedad y que fue trasplantado tras encontrar un donante anónimo y compatible.

«Mi madre no me dejó hacerlo con mi hermano mayor porque decía que no quería ver a dos hijos a la vez en un quirófano.

Pero ahora ha fallecido y yo estoy feliz y satisfecha por lo que he hecho», decía Adelina, quien sí ponía matices dependiendo de quien fuera el receptor: «lo haría por mis sobrinos y mis hijos seguro, por un marido no lo sé».

Los médicos responsables del Hospital Regional de Málaga, Jorge Soler, urólogo y responsable quirúrgico de transplante renal, y Domingo Hernández, director de la Unidad de Gestión Clínica de Nefrología de este mismo centro, se pusieron manos a la obra y llevaron a cabo la operación el 27 de septiembre pasado. Ayer, Manuel y Adelina estaban contando su historia en perfecto estado de salud y con una sonrisa de oreja a oreja.

Y la intervención ha tenido una complicación añadida porque es la primera vez que se realiza un trasplante de donante vivo con grupo sanguíneo incompatible en Andalucía, una técnica mucho más compleja que ha supuesto un éxito médico para el SAS. Ahora, su objetivo es continuar avanzando en esta técnica y lograr repetirla con más asiduidad en el futuro.

Adelina pasó dos meses haciéndose pruebas para demostrar que su estado de salud era el óptimo para realizar la donación y, una vez que todo estuvo perfectamente controlado, se llevó a cabo la operación. Estuvo convaleciente una semana y asegura que se siente igual, «completamente igual».

El doctor Manuel Alonso, coordinador regional de trasplantes, apostillaba que la supervivencia de los donantes de riñón está muy por encima de la de los no trasplantados, «se les controla toda su vida, están perfectamente cuidados y llevan una vida sana así que viven más que los demás», explicaba.

Manuel Díaz apenas acertaba a explicar sus sentimientos ante todas las cámaras que trataban de captar su historia, «me siento vivo, me encuentro bien con energía y antes estaba candado, mareado. Parece como si tuviese 20 años otra vez. Se lo agradeceré a mi hermana toda la vida».

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