El mar de Cádiz como arqueólogo de una piscifactoría romana

El temporal de lluvia y viento Enma deja al descubierto una balsa romana en Trafalgar donde se criaban los peces más apreciados

El faro del Cabo de Trafalgar, en Barbate ABC

ROMUALDO MAESTRE

Veinte siglos atrás y los tiempos no han cambiado tanto. Los pescados de roca eran los más apreciados —no en vano se alimentaban de pequeños crustáceos y mariscos—, y el mero, el pargo, la morena eran los más demandados por los romanos .

Ahora, el temporal Enma se ha aliado con la Historia y ha descubierto con la fuerza de las olas una piscifactoría romana en Trafalgar al mismo nivel del mar. Se trata de un recinto que albergaría una piscina de unos cien metros cuadrados que pudo usarse como vivero de estas especies más valiosas.

Antonio Aragón es el técnico de cultura del Ayuntamiento de Barbate e historiador local y relata para este periódico qué es lo que ha aparecido en el yacimiento. «Nos avisaron el sábado 3 de marzo por la tarde de que habían aparecido en la zona sur del tómbolo de Trafalgar . De los cuatro lados que supuestamente tiene la construcción, tres son perceptibles a simple vista. El más llamativo está compuesto por sillares labrados en piedra arenisca de medio metro por medio metro. Hay quince. Junto a ellos se trazó otra línea paralela con aspecto de haber constituido entre ambas obras un muro relleno de piedras sueltas. Los otros dos lados están tallados en la misma roca del lugar e imitan los pilares descubiertos», explica Aragón.

«Estamos convencidos de que esta piscifactoría es complementaria a las pilas de salazón de pescados que se encuentran en la parte alta de Trafalgar, con la diferencia de que la erosión y el comportamiento incívico de algunos pocos visitantes las han deteriorado y éstas descubiertas ahora están mucho mejor conservadas», añade.

Terminar de excavar

El concejal de Cultura de Barbate Sergio Román cree que este descubrimiento añade un valor cultural al pueblo pesquero de primer orden. «Nos hemos puesto ya en contacto con la delegación de Cultura de la Junta en Cádiz para trasladarle el informe que hemos realizado y las fotos del lugar. Ahora mismo estamos discutiendo que con el tiempo se podría invertir en terminar de excavar el yacimiento, preservarlo y hacerlo visitable, por ahora el mar nos ha hecho el trabajo de arqueología, pero los sedimentos volverán a taparlo seguro», se lamenta Román.

«En 2010 ya había constancia de que existía esta balsa romana o “piscinae”, así lo refleja el profesor Darío Bernal y otros en una publicación de la Universidad de Salamanca, Zephyrus, pero antes sólo se podía ver una esquina de todo el recinto y ahora se aprecia en su totalidad», argumenta el historiador local.

«Hay indicios suficientes para pensar que la piscifactoría tenía una estructura de columnas que sostendrían una techumbre de madera para dar sombra a los peces, porque estas especies así lo requerían. Además, junto con el templo de Mitra ya descubierto y una posible necrópolis, estoy convencido de que en Trafalgar debió existir un asentamiento estable romano como el de Baelo Claudia», concluye Aragón.

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