Francisco Ruiz Noguera es director de la cátedra María Zambrano
Francisco Ruiz Noguera es director de la cátedra María Zambrano - ABC
ENTREVISTA

Francisco Ruiz Noguera: «En Andalucía se habla mucho mejor que se escribe»

El escritor y director de la cátedra María Zambrano alerta sobre el empobrecimiento literario

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Francisco Ruiz Noguera, premio internacional de poesía Generación del 27 y director de la cátedra María Zambrano de la Universidad de Málaga, alerta sobre el empobrecimiento de la escritura, admite la existencia de las camarillas literarias y propone que la ideología no se entrometa en la cultura.

– ¿Se escribe mal porque se lee mal?

– Ambos conceptos van ligados. La escritura de usar y tirar se emplea a menudo porque el lector actual no exige mucho. La poca elaboración de las frases es una consecuencia de la escasa formación lectora. El lenguaje se trivializa para llegar mejor al público.

– Es lo que hizo Lope en el Siglo de Oro, pero con talento.

– Sí. Y eso que el número de personas que podían leerlo era mucho menor.

Lope, en cualquier caso, escribe muy bien incluso cuando baja el listón de la exigencia para adecuar su escritura a sus lectores. Hoy la situación es distinta.

– ¿Considera preocupante el empobrecimiento de la escritura?

– Bueno, hay que precisar que la escritura es un código secundario. La oralidad es el principal. Hay personas con escaso hábito de lectura, pero mucho ingenio para conversar. En Andalucía se habla mucho mejor que se escribe. Aquí la cultura oral tiene más peso que la escrita.

– Ya que habla de peso literario ¿alguna editorial se atrevería hoy a darle una oportunidad a Cervantes?

– Sería complicado. Conozco el caso de un novelista que envío a una editorial el texto de El Lazarillo y recibió una carta en la que le informaban de que, sintiéndolo mucho, su libro no tenía cabida en el catálogo. Es un hecho real. Lo que se publica hoy está más relacionado con las posibilidades de venta que con la calidad, así que Góngora tendría poco que hacer y Quevedo acabaría en el club de la comedia.

– ¿Qué obra hay que escribir entonces para que pueda ser publicada?

– El escritor tiene que conseguir un tono medio que no sea perturbador y apostar por una forma de escritura exenta de dificultad. Un texto que no produzca sobresaltos estilísticos en el lector tendrá más fortuna que otro más dificultoso.

– Ser aceptado por los que manejan los hilos también es un punto a favor. ¿Existe la camarilla literaria?

– Siempre ha existido. Los escritores se unen unas veces por afinidades estéticas y otras veces por afinidades políticas. La camarilla reacciona contra lo que viene de fuera. Le impide el paso. Le puedo citar a un gran poeta jiennense, Manuel Lombardo, que vive al margen de los honores literarios porque ni a él le han interesado ni a otros les ha interesado que le interesara.

– Puede que el perro no coma carne de perro, pero el escritor sí es antropófago ¿Usted ha sido víctima de esta práctica?

– En el mundo de la escritura hay inquinas personales, pero yo no he sentido animadversión hacia mí. También es cierto que tampoco la he tenido hacia otros escritores.

– ¿En qué mejora el texto del Romancero gitano el cuerpo de Lorca?

– En nada. La excavación para hallarlo no tiene una intencionalidad lírica. Lorca es grande al margen de que se encuentre o no su cuerpo.

– En su día la consejería de cultura Junta de Andalucía no incluyó a Luis Rosales, falangista, entre los grandes poetas andaluces. ¿Esto pasa porque los gobernantes creen que la literatura es la hermana redicha de la política?

– Esto pasa porque se juzga su obra con un criterio ideológico. Rosales fue un gran escritor, de modo que su exclusión no tiene nada que ver con su mérito. Los políticos, para orientar el canon literario en un sentido o en otro, llevan a cabo a veces manipulaciones tan burdas que terminan volviéndose en su contra.

Escritor lento, exigente y cuidadoso

Si Francisco Ruiz Noguera fuera centrocampista Lopetegui le tendría aprecio porque es más de jugada elaborada que de fútbol directo. Este profesor de lingüística se define a sí mismo como un escritor exigente, cuidadoso. Tal vez por eso en vez de salir en busca de las palabras desbroza el camino para que cuando lleguen se sientan como en casa. Escribe con lentitud y no tiene prisa por publicar, pero publica. Su libro La gruta y la luz, editado por Visor, logró el premio internacional de poesía Generación del 27. Lo recibió en Málaga, en cuya universidad dirige la cátedra María Zambrano. Define a su lugar de residencia como una ciudad «culturalmente vivísima», superlativo con el que adjetiva también a Sevilla, Granada y Córdoba.

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