Sting durante el concierto de Fuengirola
Sting durante el concierto de Fuengirola
MÚSICA

Sting regala 40 años de recuerdos en Fuengirola

El británico actuó ante más de 8.000 personas en una noche mágica a los pies del Castillo Sohail

FUENGIROLA Actualizado: Guardar
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Cuando el pasado lunes sonaron los acordes de «Walking on the moon» Sting ya había demostrado que era capaz de modificar el tiempo apelando a los recuerdos. «Caminando sobre la luna podemos estar juntos», cantó desde el escenario Sting y para aquellas alturas de la noche tenía bajo sus pies a más de 8.000 compañeros de viaje por cuatro décadas de historia musical. Convertidos en un cúmulo de sentimientos, como espíritus en la materia (el tercero de sus temas). Bailaban, hacían coros, se emocionaban, chillaban y saltaban las fotos y los videos de los móviles, esa costumbre que muchos artistas piden defenestrar. La explana del Castillo Sohail de Fuengirola dejó de ser la antesala de una fortaleza para latir con el británico, que comenzó con «Synchronicity» de 1983, título que precedió a la primera ruptura de The Police, y siguió con «If I ever lose my faith in you» de 2011. Era una noche mágica en la que contrajo 40 años en una hora y media.

Es un paseo por las últimas cuatro décadas del pop-rock, narrado por las creaciones del británico. Desde el 12 de enero de 1977 con la fundación de The Police hasta ahora, no ha dejado de producir y subirse a los escenarios. Su guitarra desgastada y con la pintura levantada por el uso en «Roxanne» lo atestigua. Símbolo de amor a un vieja compañera de vida. Pese a que tiene alcanzada la edad de jubilación y le acompaña su hijo sobre el escenario, nada hace presagiar la retirada del autor de «Englisman in New York» en 1987, justo después de la vuelta de The Police en 1986. Los más veteranos volvieron a vivir en el Mare Nostrum Castle Park un flash de aquellos tiempos de la banda y siguieron el recorrido de un artista que les regaló «Every little thing she does is magic» de 2010 y «She's too good for me» de 1993, antes de su rock más actual con «Petrol Head» de 2016.

Bajó el ritmo. El público descansó. El mechero quedó desterrado ante la linterna del móvil. Sólo resistía algún valiente con la llama cuando sonaba «Field of gold» y «Shape of my heart». Fue así hasta los primeros acordes de «Message in a bottle». Se elevaron más de 16.000 manos al aire para recibir a aquel naufrago de 1979 que envió un S.O.S. al mundo. Fueron 8.000 las respuestas al mensaje en una noche mágica de lunes, donde la nostalgia era la embarcación que rescataba los recuerdos. Y en esas Sting cedió el protagonismo para rendir tributo a David Bowie. «Ashes to Ashes» fue interpretado por Joe Summer entre las palmas en honor al genio fallecido, hasta que cambió el acompañamiento para que fuera Sting quien rematara con «50.000».

Y llegados a ese punto, el británico les entregó la luna. Todos comenzaron a caminar hacia un álgido final que, tras hora y media de concierto, supo a poco. Volvió a los inicios con «Walking on the moon» de 1979 y «So lonely» de 1978. «Desert Rose» llevó el castillo mozárabe al borde del nuevo milenio y ahí un grito unánime exclamó «¡Roxanne!». La creó en 1978 y se ha convertido, Hollywood mediante, en un grito desgarrador con el que Sting llama a una nueva vida. «¡Roxanne!» era el aullido de libertad con el que amenazó con despedirse.

Nada más lejos de la realidad. Volvió pronto, ni siquiera se encendieron las luces blancas. Habían quedado en el tintero «Next to you» y «Every breath to take». Himnos de The Police siempre demandados por los fans. Volvió a marcharse. Algunos comenzaron a desfilar, para evitar el atasco posterior y las aglomeraciones. Fueron los que se perdieron la última joya. «Fragile» de 1987 sonó en acústico y calmó la tierra, bajo la que se guardan algunos de los vestigios más ancestrales de Fuengirola. Ciudad que tardará en olvidar aquella noche de julio en la que Sting manipuló las décadas con sus melodías.

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