ENTREVISTA A LOS PADRES DE LUCÍA

Los padres de la niña fallecida en Pizarra: «Nos han engañado. A mi hija me la quitaron»

Antonio Vivar y Almudena Hidalgo cuentan todas las dudas de la familia sobre la muerte de la pequeña Lucía Vivar, la niña hallada muerta en las vías del tren, y piden que se aclare lo sucedido

Concentración en apoyo a los padres de Lucía Francis Silva

J.J. MADUEÑO

La Guardia Civil describió que la pequeña Lucía Vivar se marchó por su propio pie de la estación de Pizarra, se adentró en la oscuridad 4,2 kilómetros y sola se acurrucó entre los raíles de la vía, encima de las piedras, donde el primer tren de la mañana la golpeó en la cabeza y murió 13 días después de cumplir los tres años. «Eso no se lo cree nadie» , dice Antonio Vivar, padre de Lucía, que recibe a ABC junto a su esposa, Almudena Hidalgo. Ambos llevan una camiseta que pide saber lo que ocurrió y una pulsera rosa, color favorito de la pequeña, con el nombre de la niña. Piden respuestas a todos los interrogantes del caso y que se investigue su muerte.

¿Por qué deciden hablar tres meses después de la muerte de Lucía?

(Almudena). Por desesperación. No tenemos respuestas que nos ayuden a asimilar la muerte de nuestra hija. Todo son supuestos y estimaciones. Queremos pedir ayuda a quien sea, al ministro de Interior o al de Justicia, porque nadie sabe nada de lo que ocurrió aquella noche. Allí éramos 25 personas y no nos han citado. Tres semanas después de la muerte de Lucía, nos enteramos que hay sólo siete declaraciones y cuatro de ellas son personas que la prestaron de forma voluntaria.

(Antonio). Queremos que se investigue, porque nos han engañado. A mi hija me la quitaron. La versión oficial no se la creen ni ellos. Se lo dije a la juez. Queremos saber qué le pasó a Lucía.

¿Qué estaba haciendo Lucía antes de desaparecer?

(Almudena). A las 23.20 de la noche acabamos de cenar. Y decimos que nos vamos. Miré a Lucía y le dije: «no te quietes la pincita del pelo cariño que nos vamos ya». Se la estaba quitando y mascando el chupete. Recuerdo esa imagen. Riéndose se la quitaba. Nos levantamos para irnos y Lucía no estaba.

(Antonio). Estaba a tres metros de nosotros. Los niños estaban con ella e igual. Preguntaban dónde estaba Lucía. «Si la prima estaba aquí hace tres segundos», decían.

¿Y qué dicen los niños que estaban con ella?

(Antonio) Les han dicho a los psicólogos que entró una moto con dos personas. Y dicen que Lucía estaba jugando con ellos [los niños] y desapareció. Alguien tuvo que ver algo. Una moto, un coche, la niña alejarse...

(Almudena). Estaba con dos niños más y también dicen lo de la moto. Hay gente que dice haber escuchado la moto, pero no nos consta que se haya investigado esto. Sólo nos dicen que en el informe se aclarará todo.

¿Cómo fue la búsqueda?

(Antonio). La niña había desaparecido. Buscamos por delante, por el aparcamiento, los baños, por detrás... Era todo gente del pueblo. Los conocía a todos. Sé todas las personas que estábamos allí. Una de las vecinas llamó a la Guardia Civil. Vinieron de Álora y llegó un sargento con un compañero. Vino gente de todo el pueblo. Se organizaron las primeras batidas por la estación. Se cambiaron las batidas y el alcalde de Pizarra le ayudó a organizarlas. El sargento llamó al capitán de Coín y le dije: «mi niña me la han quitado». Me contestó: «Tranquilo Antonio, no cree una alarma social». Pero una niña no desparece en tres minutos.

¿Cómo se enteran de que está muerta?

(Antonio). Pedimos que miraran las cámaras. Y las del almacén de construcción de al lado de la estación. Nos dijo la Guardia Civil que el técnico no iba hasta las 7.50 horas. Estábamos allí esperando. Le estaba diciendo a Almudena que estuviera tranquila que la niña iba aparecer. Que quien la había cogido, cuando viera lo que se había montado, la dejaría en algún lugar. Mi preocupación era si Lucía iba a ser capaz de superar el susto que le habían dado. Sonó el teléfono y era el capitán. Me dijo que la habían encontrado muerta en las vías.

¿Y cuándo os dicen que es un accidente?

(Antonio). Nos llevan allí una ambulancia. Estaba lleno de gente y coches. No nos dejan cruzar el cordón y, 40 minutos después, nos dicen que ha sido un accidente. Le digo que quiero verla y, cuando nos damos cuenta, la niña está en un furgón y se llevan el cadáver. Sólo vimos un chaleco tirado en las piedras, un poco del pelo y su vestido. Después de llevarse el cadáver, el capitán dijo a los que estaban allí que recogieran las colillas y lo que hubieran arrojado al suelo, que iba a venir la científica. Allí no se pudo tomar ni una huella.

Niegan que sea un accidente...

(Antonio). Adif todavía no ha emitido el informe sobre lo sucedido. Mi hermano fue al día siguiente y en la zona donde estaba Lucía no había salpicaduras de sangre. Sólo la mancha donde estaba su cabecita.

(Almudena). La niña sólo tiene unos rasguños y una herida en el empeine del pie. No tiene nada más en todo el cuerpo, salvo los dos golpes en la cabeza. No tiene heridas. La mano la tiene llena de grasa, pero no tiene manchas en la cara ni nada. Las pinzas del pelo las tiene bien puestecitas. El tren le venía de cara, pero los golpes son en la parte posterior de la cabeza. Dos golpes, uno grande y otro más pequeño. Tienen dos trayectorias diferentes. El pequeño le causó la muerte, pero no sabemos qué lo produjo. No fue un accidente, el informe forense dice que el estado de los órganos señala a que llevaba más horas muerta que lo que dice la data oficial.

Apuntan a una posible negligencia...

(Antonio). Pedimos que no salieran los trenes y me dijo el capitán. «¿Cómo va salir el tren caballero, si hay voluntarios en la vía y la niña perdida?». El tren pasó dos veces por encima de Lucía. El tren llega a la estación de Pizarra. El conductor asegura que vio un bulto, pero no sintió un golpe ni nada. A la vuelta volvió a ver el bulto, echó los frenos, pero ya había pasado por encima.

(Almudena). Nos dijeron que le habían tomado muestras al tren, pero sabemos que está circulando desde las 18.00 horas del día 27 de julio. Pese a que debía estar desmontado y tomándose pruebas.

La juez pidió la revisión de las cámaras, pero su abogada dice que están borradas porque ha pasado demasiado tiempo...

(Antonio). Aquella noche nos dijeron que miraron las cámaras de la subestación eléctrica y que no pasaba por allí ni un perro. Al lunes siguiente nos llamaron para tomarnos declaración y nos dijeron que en esa cámara se veía algo que podía ser Lucía corriendo por el arcén.

En dirección contraria a donde se encontró el chupete...

(Almudena). Sí. Lo encontró un hombre que no estaba allí cenando. Llegó después de todo. Le preguntamos dónde, cuándo, en qué momento. Habíamos mirado en ese mismo sitio y no lo habíamos visto. Apareció a los 40 minutos de haber desaparecido al niña.

También sospechan del lugar donde estaba el cuerpo...

(Antonio). Es el punto donde las vías y la carretera están más cerca. El único lugar donde hay acceso con el coche. La niña estaba acostada en un montículo de piedras, como si fuese una traviesa de la vía.

(Almudena). Nos dicen que la niña no se sale de la vía en ningún momento. Se le ha tomado declaración a una casa donde suena una alarma a 300 metros de este punto. A las 5.05 horas saltó la alarma del coche. Dicen que ya en la habitación escucharon como si pisaran una botella de plástico, pero cerró la ventana y se acostaron. No se le han cogido huellas al coche.

¿Pudo andar Lucía 4,2 kilómetros por las vías?

(Antonio). Por donde se pierde, paso a los cinco minutos y ya han pasado personas buscando antes. La tendrían que haber visto, porque iban detrás de ella. Pero no sabemos quiénes son estas personas. Pasa por un tanatorio. Por un restaurante. Llega a la oscuridad y sigue para adelante. Siempre con la luz a su espalda. Ya no sé cuántas veces he hecho el camino. He ido hasta en la otra dirección. Lo hice con chanclas y terminé con los pies hechos polvo. Es de locos. Sé que mi hija no ha hecho ese camino, pero me veo allí en medio. Buscando una explicación.

Los perros no seguían las vías...

(Almudena). Es una cosa que queremos que nos expliquen. Ningún perro de los que se usaron seguía las vías. Los obligaban y volvían a la subestación eléctrica.

Dicen que se la llevaron. ¿Por qué?

(Antonio). No lo sabemos. No hemos tenido nunca problemas. Somos humildes y no tenemos rencillas con nadie.

(Almudena). Puede ser que se la llevaran, ocurriera algo y se asustaran. La pusieron en la vía para tapar las huellas, para que se crea otra cosa y librarse.

¿Están dispuestos a asumir que la Guardia Civil tenga razón y haya sido un accidente?

(Almudena). Si me dan las respuestas a todas mis preguntas y me demuestran que ha sido así, lo tendré que asumir, pese a que el recorrido es imposible. Pero le prometimos a Lucía que la íbamos a cuidar toda la vida y no lo hemos podido hacer. Ahora tenemos que saber qué ocurrió. Vamos a luchar hasta el final para cerrar este capítulo.

(Antonio). La única razón por la que no me quito del medio es porque tengo que saber la verdad sobre lo que le ocurrió a mi niña.

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