ENCUENTROS ABC

«El AVE no llegó a Málaga en el 92 por los celos del nacionalismo»

Ignacio Camacho presenta su último libro, «Cataluña, la herida de España», y critica las cesiones continuas a los secesionistas

Ignacio Camacho, flanqueado por Fernando del Valle y Manuel Castillo FRANCIS SILVA

J.J. MADUEÑO

Ignacio Camacho volvió ayer miércoles a Málaga a los Encuentros de ABC para presentar su último libro: «Cataluña. La herida de España» . Analizó el nacionalismo catalán y su órdago secesionista reciente. Dentro de la conferencia, como uno de los gérmenes del golpe al Estado, puso como ejemplo las concesiones durante los cuarenta años de democracia. En este orden desveló el tapón ejercido sobre los proyectos estructurales de la nación . «El AVE no vino a Málaga en el 92 por los celos del nacionalismo catalán . Se negaron. Pusieron el grito en el cielo con la llegada a Sevilla», señaló Camacho, que apuntó que ahora ocurre algo similar con el Corredor Mediterráneo. «De eso se podría hablar, pero se hace de más autogobierno», lamentó el columnista, que desgranó la creación de una «revolución» en Cataluña a partir de un aviso que le dio Jordi Pujol en un almuerzo, cuando aún era el baluarte del nacionalismo en la región. «España ya no nos trae cuenta», recordó como cita textual de aquel encuentro en el que el expresidente catalán fue a «poner en marcha el proceso».

A partir de ahí se ha construido la estructura de un Estado dentro de otro Estado con la permisividad de los gobiernos españoles, hasta que ya no se atisban soluciones. «Soy pesimista por carácter, pero en esta ocasión es optimismo bien informado. No planteo soluciones en el libro porque no las veo», remarcó Camacho. Sin embargo, apuntó dos posibles salidas a la crisis que confesó verlas «inviables». La primera fue que los constitucionalistas ganasen las elecciones y durante un periodo de tiempo de dos a cuatro años desmantelen las estructuras del soberanismo. «No lo veo viable. No van a gobernar», afirmó.

La segunda es que « el Estado aprenda a decir no» . «Nada a cambio de nada. Que el nacionalismo entienda que España es un modelo cerrado», subrayó el escritor rememorando a Javier Gomá cuando decía que «el nacionalismo tiene que aprender a gestionar su frustración» y a Ortega cuando señaló que «Cataluña quiere ser lo que no puede ser» hace 80 años. «El horizonte del nacionalismo es disputar el poder y gestionarlo cuando lo consiga. No la secesión», sentenció antes de lamentar que «decir no» esté mal visto en la política. «Hemos conseguido una sociedad de ética indolora, pero no se puede proponer nada a cambio», detalló en una pequeña sinopsis de lo que el lector puede encontrar en obra editada por la editorial andaluza Almuzara.

Todo esto se suma, según Camacho, a una aplicación blanda del 155 que «tenía que haber dejado asentar el estallido emocional hasta convocar las elecciones». No ha servido la aplicación para desmontar los mecanismos secesionistas, por lo que lamentó que no se haya producido «un 155 con más coraje». «Si tomas el control lo tomas . El rechazo ya lo tienes. Ya que lo asumes, ejerce la autoridad. No sabía qué hacer. Fue un 155 sin querer, sin ganas », explicó Ignacio Camacho, que emplazó a los partidos constitucionalistas a que «ahora hay que ganar». «Pero no me salen las cuentas», volvió a espetar tras remarcar que el artículo 155 «es una vía abierta».

Entre las interpelaciones del auditorio estuvo la del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre , quien le preguntó por la idea de que cómo le hubiera ido a España si el resto de autonomías hubieran hecho las cosas como Cataluña o mejor. Apeló a esa nación igualitaria que no ha podido ser y Camacho refirió el ejemplo de Andalucía, su tierra natal. « En Andalucía el movimiento de autonomía fue para una España igualitaria . Nos levantamos para despegar y hemos recibido 300.000 millones en trasferencia externas de renta para hacer clientelismo», le contestó al regidor malagueño.

El libro es una defensa de la unidad de España. « Una cita con los valores de ABC, un periódico con más de un siglo », destacó Fernando del Valle, director de la Edición de Andalucía de ABC . «La unidad de España es uno de esos valores», remarcó Del Valle, antes de ceder la palabra a Manuel Castillo , que hizo una disección del libro tras una lectura profunda de la última obra de Ignacio Camacho. «Los últimos 40 años están en su cabeza y eso le da capacidad de análisis y contexto, en una época donde todo parece solucionarse con un tuit», apuntó Castillo, antes de alabar la «pulida y minuciosa» prosa de Camacho y definirlo como un «Zidane del columnismo». «Es un relato de precisión. Tiene un gran valor porque trata de sortear el campo de minas del independentismo», afirmó Castillo, antes de asegurar que es una obra necesaria para combatir «la post verdad y la falacia». «En un libro que contiene mucha verdad y un rastro amargo de frustración, por no tener unas respuestas claras de lo que va a pasar», concluyó el director del Diario Sur.

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