«En el Holocausto el mundo miró hacia otro lado, como ahora con los refugiados»

Isabel San Sebastián (Santiago de Chile, 1959) es periodista de ABC y escritora española, que llega a Andalucía con una gira para presentar su nuevo libro: «Lo último que verán tus ojos» (Plaza&Jané, 2016). Se trata de un «thriller» histórico que gira en torno a la recuperación de un cuadro expoliado por los nazis en Budapest y que la familia de los propietarios húngaros judíos, masacrados durante el Holocausto, trata de recobrar. La escritora presentó su nueva obra este viernes en el hotel Don Pepe de Marbella y estará este sábado firmando ejemplares en la Feria del Libro de Sevilla.

¿Qué puede esperar el lector de esta nueva novela?

Parte de la búsqueda de un cuadro robado. Enlaza con la figura de Ángel Sanz Briz y los diplomáticos españoles que salvaron miles de vidas durante el Holocausto.

Se centra en el mes de noviembre de 1944 en una Budapest sitiada por los nazis y gobernada por un orden de cruces gamadas que disparaba a las personas en la nuca y las arrojaba al Danubio.

En aquella debacle emerge la figura de Sanz Briz…

Ángel Sanz Briz tenía entonces 34 años y tomó la decisión de salvar a esos judíos del exterminio, protegidos por la Embajada de España. Salvo a miles de personas. Se cuenta la historia a partir de la búsqueda de un cuadro de El Greco expoliado por los nazis, pero también la participación del régimen de Franco protegiendo a aquellos nazis de la justicia aliada. Es una historia de odio y vergüenza, pero también de héroes. Una de las historias es real. Conocí a uno de los supervivientes de aquella masacre en Budapest, fue un niño que encontró en un refugio. En aquel viaje pude recorrer los lugares donde estuvieron escondidos los judíos antes de que la Embajada de España les pusiera a salvo.

¿Cómo encaja esas historias reales con la ficción?

En el caso de este superviviente sólo le cambié el nombre. Su historia encajaba en lo que quería contar. No era complicado de entretejer. Los periodistas contamos historias. Sólo hay que aplicar el rigor periodístico cuando se trata de narrar historias reales y el rigor literario cuando contamos algo que es ficción. Hay que entender el rigor literario como hacer un relato con veracidad en el que no haya anacronismos. Hay que ser honrado y respetar el momento histórico. Todo ello con el empeño de entretener y atrapar al lector. En este caso, hacerle viajar por Nueva York, Boston, Toledo o Budapest. Enseñar algo del momento histórico y sentirnos orgullosos de esos diplomáticos españoles.

También hay un lado oscuro, ¿cómo podemos luchar contra ese pasado de ser refugio de los nazis?

Conociéndolo y no tapándolo. Hemos escuchado que no participamos en la II Guerra Mundial, pero tuvimos participación en el conflicto. No fuimos neutrales. Por un lado, hubo una intervención luminosa como la de los diplomáticos que salvaron miles de vidas, pero también hubo una más oscura que se hizo para devolver favores. El régimen de Franco acogió a nazis que habían luchado con la Legión Cóndor en la Guerra Civil española o que fueron intérpretes con la División Azul. La gran mayoría llegaron a España para pagar amistades del pasado desde la afinidad ideológica.

Todo se desencadena por la búsqueda de una pintura inédita de El Greco que usted se inventa, ¿cómo se crea una obra maestra de El Greco?

Es una vista de la judería de Toledo. La «vista de Toledo» que pintó El Greco y que está en el Metropolitan no retrata esa parte de la ciudad. Pero no fue complicado. Usé una imagen real. Hice una foto del lugar que me interesaba y, a esa imagen, le otorgué las características que definen la pintura de El Greco. Su impresionismo incipiente, que parte de las emociones y los estados de ánimos. Toledo tiene en el libro la fuerza de un personaje más.

El libro cuenta parte de una persecución, ¿qué similitudes ve con la llegada de refugiados a Europa?

La indiferencia del mundo. Durante el Holocausto, cuando se produce la supresión de derechos a los judíos para dejar de tratarlos como humanos, antes de lo que Adolf Eichmann acuñara como la «solución final», la inmensa mayoría del mundo miró hacia otro lado. Ahora hacen lo mismo. Existen riesgos, pero no es menos cierto que Occidente tiene que acoger a muchas más personas. No podemos permanecer indiferentes, cuando hay personas pudriéndose en campos de refugiados. Es una vergüenza.

¿Cómo compagina su día a día pegado a la actualidad con su faceta de escritora centrada en la ficción?

Mi novela tiene una base de realidad muy fuerte. Se trata de llegar a los corazones y uso herramientas periodísticas para hacer las investigaciones. Pero la realidad es bastante siniestra, un lugar donde siempre ganan los malos y la mentira se impone a la verdad. Es una necesidad de contar historias de héroes auténticos.

¿Habrá una historia de héroes o villanos el próximo sábado tras las primarias del PSOE?

Lo menos peligroso para la integridad de la nación es que gane Susana Díaz. Detecto cierta inquietud creciente. Es importante porque lo que pase será determinante para la dimensión de la legislatura. Si gana Pedro Sánchez, la alianza con Podemos y los nacionalistas va a ser un hecho. Y gobernar contra eso será complicado.

¿Existen los héroes que reivindica en la política actual?

Existen, pero han sido apartados del poder. Los políticos con vocación de limpieza y que hacen una defensa de los valores con honradez son apartados de la carrera. Para estar hay que tener pocos escrúpulos, muchas tragaderas y saber mirar para otro lado, que definió Rajoy como virtud. Mi idea de lo que debe ser es otra. María Sanz Gil [expresidenta del PP vasco] es una heroína y mira como ha acabado.