Golpe a la banda que robaba cajeros en Málaga explotándolos

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado mantienen abierto un operativo que se ha saldado con la detención de «varios» delincuentes que estarían vinculados con la oleada de robos de cajeros automáticos con explosiones registrada en la provincia de Málaga en los últimos meses.

Según ha podido saber ABC de fuentes cercanas al caso, estos arrestos son fruto de las indagaciones realizadas de forma individual por la Guardia Civil y la Policía Nacional y que finalmente han confluido en los mismos objetivos.

Aunque las distintas fuentes oficiales sondeadas, tras alegar que las actuaciones estaban secretas, se limitaron a confirmar que había una operación en marcha con «varios detenidos», otras apuntaron a que los arrestados serían dos británicos a los que se les habrían incautado granadas, cocaína y marihuana.  

A lo largo de la mañana de este miércoles se llevaron a cabo una serie de registros cuyo objetivo era encontrar de objetos, herramientas y otros elementos que vinculen a los sospechosos con la sucesión de robos que arrancó a finales del pasado mes de julio y que supera la decena. El operativo se extendió por varios municipios.

Los agentes centraban las labores de búsqueda en la localización de sustancias explosivas –concretamente, pólvora–, así como en el botín que han podido reunir los delincuentes durante estos meses de frenética actividad.

Las citadas fuentes explicaron que a los detenidos, al menos, se les imputarían todos los robos perpetrados con acetileno, aunque no se descarta que también estén detrás de los efectuados con artefactos explosivos.

También apuntaron que la organización, además de en varios municipios de Málaga, tendrían base en Granada

Las pesquisas arrancaron con el primero golpe, ocurrido en torno a las cuatro de la madrugada del 30 de julio en un cajero que se encuentra en una conocida tienda de juguetes de la Avenida de Velázquez. Los especialistas de la Policía Científica tomaron restos en la escena para saber con exactitud las sustancias que emplearon para provocar la explosión.

A partir de esta fecha han sido otro tipo de sucursales el objetivo prioritario de los ladrones. La mayoría han estado ubicadas en pequeños municipios, como Monda, Ojén o Guaro, aunque de forma residual se desplazaban a grandes localidades como Marbella o Mijas, donde el pasado fin de semana se produjo el último golpe. En estos se empleó acetileno inyectado en los terminales para provocar la deflagración.

No obstante, las últimas actuaciones quedaron en tentativas porque las entidades bancarias reforzaron los terminales con nuevas planchas de metal que impedían el acceso a los cajetines de dinero.

La investigación que ahora continúa tratará de determinar si todos los golpes eran obra de la banda ahora desarticulada o los detenidos forman parte de dos grupos con estrechos lazos. La diversidad de «modus operandi» reforzaba esta segunda hipótesis, ya que, mientras en los tres primeros golpes se piensa que se empleó un artefacto explosivo, en la mayoría de los posteriores se empleó acetileno, el método más habitual y extendido. Otro elemento diferenciador es que los tres primeros robos fueron perpetrados contra entidades del Banco Santander, mientras que la mayoría de las posteriores, en sucursales de Unicaja. No obstante, no se descarta ninguna de las dos hipótesis.

No es la primera vez que las fuerzas de seguridad malagueñas se enfrentan a esta tipología delictiva perpetrada por grupos organizados. El atracador con más renombre, porque lideró varias bandas e incluso traspasó sus conocimientos a otros delincuentes cuando se encontraba en prisión, fue Warner Rossi. Este italiano afincado en la barriada malagueña de El Palo está considerado el ideólogo de este «modus operandi» en Europa y fue arrestado por última vez a finales de enero de 2014 después de que sus cuatro pupilos fueran cazados «in fraganti» por la Policía Local de Torremolinos.

De forma paralela a este grupo, estuvo actuando otro formado por ocho ingleses naturales de Liverpool que se desplazaron a la Costa del Sol para actuar. La investigación puso de relieve una compleja estructura que contaba con vehículos y viviendas ubicadas en varias urbanizaciones de la costa occidental, con el fin de complicar su localización. La intervención que llevó a su captura se precipitó el 28 de febrero de 2014 cuando los delincuentes intentaban deshacerse de pruebas que les relacionaban con los robos.

Los agentes detuvieron en el término municipal de Marbella a uno de los miembros de la banda cuando trataba darse a la fuga en el vehículo utilizado para la comisión de los delitos. 

Una vez practicado este arresto, se estableció un cerco policial para detener al resto del grupo en la urbanización denominada Oasis de la Cala de Mijas, donde se refugiaban. Tras verse sorprendidos por los agentes, varios de ellos intentaron huir por los tejados de la urbanización, lugar donde finalmente se detuvo a los miembros más activos del grupo y el  resto fue atrapado en el interior de la vivienda.  

Ambas investigaciones se saldaron con 13 detenidos y el esclarecimiento de 18 robos.