Daniel Buren raya el Centre Pompidou de Málaga

Daniel Buren (Francia, 1938) es uno de los artistas conceptual que lleva seis décadas interpretado el mundo con rayas y figuras geométrica . Su obra lineal llegó a ser un cisma en la Francia en 1986, cuando erigió «Las columnas de Buren» en el Palacio de Real de París. Es un polifacético creador llega este miércoles al Centre Pompidou de Málaga para inaugurar una exposición multidisciplinar que interpreta este museo. Su visión de este espacio expositivo estará hasta 14 de enero , en el lugar que lleva su sello. «El cubo», obra de cristal de colores que corona el centro expositivo, es una de sus obras. El color y la luz toman protagonismo para ser reclamo de un edificio en el que escasea la luz natural.

«Incubé» es el fenómeno que se desarrolla dentro de la obra, donde los paneles de colores proyectan un juego de colores que va cambiando con las diferentes posiciones del sol. «¿Hacemos las fotos dentro? Esa luz se va dentro de un rato», asegura el artista mientras hace un alto en el montaje, que desarrolla en varias salas en serie llenas de proyectores. Sobre las paredes una visualización que rememora a aquellos carteles con los empapelaba París , cuando decidió no trabajar en un estudio y hacerse con la calle como lugar de experimentación y expresión. «Quién sabe si inventé el grafiti» , bromea Buren.

Buren no repite exposiciones. Las obras son creadas para un lugar específico y responden a la historia del lugar, la ciudad y a una interpretación del espacio. A partir de la proyección, una de las características más representativas de su obra presenta diferentes tipos de creaciones: naturales, artificiales, luminosas y arquitectónicas. Es una propuesta para realizar un recorrido de los espacios del museo, donde el artista destaca la «oscuridad» . «Está debajo de tierra. Salvo en el cubo no hay luz natural», explica Buren, que narra cómo ese hecho es parte fundamental de las obras que ha creado para esta exposición en Málaga. Ciudad que conoce y la que volverá, como reconoce, para hacer una visita a los museos.

La exposición acaba con una película exclusiva de siete horas de duración. «Es un repaso a los 60 años de carrera» , explica Buren, que reconoce la difultad que entraña para los visitantes parar delante de esta proyección tanto tiempo a ver esta especie de retrospectiva. La filmación muestra como este autor conceptual no ha dejado de cuestionar de forma radical la naturaleza y las funciones de los lugares en los que desarrolla su obra.