Inauguración de la colecciones estatal de San Petersburgo
Inauguración de la colecciones estatal de San Petersburgo - francis silva
Cultura

El Museo Ruso promete traer a Málaga lo mejor de las vanguardias

La Colección de arte de Museo Estatal de San Petersburgo abre sus puertas en Tabacalera

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El arte ruso abre sus puertas en Málaga con una gran colección de 169 obras, un centenar de ellas representativas de cinco siglos de historia artística de este país, y con la promesa de dedicar en un futuro muestras especiales a nombres claves de las vanguardias como Kandinski, Malévich o Marc Chagall. De momento, algunas de las obras de estos pintores ya cuelgan en las paredes de Tabacalera y podrán contemplarse desde este mismo miércoles.La puesta de largo del museo, el primero de las dos nuevas pinacotecas que se abren este mes en la ciudad, se ha realizado a las doce de esta mañana tras un minuto de silencio y sin acto inaugural, en señal de duelo por el accidente aéreo.

La pinacoteca, que comparte ubicación en la vieja fábrica de tabacos con el Museo del Automóvil podrá contemplarse de forma gratuita hasta este jueves.La directora artística del Museo Estatal de San Petersburgo y responsable de la selección de las obras de esta sucursal única en España Eugenia Petrova, ha reconocido que las exposiciones temporales futuras se programarán en función de la respuesta del público y la aceptación que tenga el museo en la ciudad «Vamos a ver si gustan (las obras) porque si no, para qué traer a Chagall», fue su respuesta ante las previsiones de futuro. El objetivo municipal es lograr atraer a 150.000 visitantes. «La colección va a gustar y tenemos mucho que enseñar», asegura Petrova en alusión al casi medio millón de fondos del museo estatal, enclavado en cinco palacios de San Petersburgo. La primera experiencia de estos fondos en Málaga, fruto del acuerdo con el centro ruso por diez años, constituyen la colección sobre la historia del arte de aquel país desde el siglo XV  hasta comienzos del XX, que se renovarán dentro de nueve meses. El recorrido por la primera planta del edificio central de Tabacalera -7.000 metros cuadrados de espacio expositivo- arranca con siete iconos representativos de la primera etapa de estas pinturas de contenido religioso, características de Rusia. Tras ellos se abren las salas dedicadas a los siglos XVIII y XIX donde predominan los paisajes y los retratos de personajes ilustres . «Entre ellos el retrato de Catalina II» obra de Dmitri Levitski, que preside una de las salas.El arte ruso en la época del Romanticismo ofrece una visión más melancólica y mística en la representación de los paisajes, como expresan dos pinturas de Maxim Voróbyov sobre escenarios de San Petersburgo. El recorrido sigue con obras dedicados a «gente corriente», un clásico en la pintura rusa, donde destacan  dos retratos de Alekséi Venetsianov: «La lechera» y «Campesino cortando una rebanada de pan».La aportación de Alexander Ivanov al arte ruso se refleja en tres pinturas, una de las cuales, «Figura de Cristo», tardó varios años en concluir. La irrupción del color llega de la mano de este artista que no era un gran pintor. Las pinturas elegidas del XIX  muestran escenas de la vida de la época, como «La presentación de la novia», de Petrov, o «El descanso de los cazadores», del mismo artista. «La vida en un pueblo», que recrea un incendio en una aldea rusa o «El ritual del beso» de Konstantin Makovski, obra de gran tamaño, son pinturas clásicas de esta época.La sala dedicada a las vanguardias se inicia con el cuadro de Kandinski «Composición con borde blanco», la obra «Modelo» de Tatlin o dos piezas de Malevich. La obra de Marc Chagall «Espejo» ocupa la centralidad de esta sala, donde se exponen 16 piezas alusivas a este periodo de gran riqueza creativa de principios de siglo. Otro de los cuadros claves del arte en ese periodo es «Dos cabezas», de Pavel Filonov.La exposición, donde se alternan piezas de gran tamaño con pequeñas pinturas se completa en la última sección con una selección del realismo socialista, donde los pintores rusos mostraron una mayor libertad pese a su falta de conexión con occidente. La pieza «Recogida de patatas», de Ivanov, cierra este periodo.El recorrido concluye con 69 piezas dedicadas al empresario de los ballets rusos Sergei Diaghilev, incluidos varios trajes utiizados en sus montajes musicales y fotografías de los primeros artistas. El autoretrato de este artista con su niñera anciana al fondo, obra de Lev Bakst, singulariza a este creador. A esta muesta temporal seguirá en noviembre otra dedicada a Pavel Filonov, un artista prácticamente desconocido hasta los años 80 cuya obra al completo es propiedad del Museo Estatal Ruso..

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