Carlos Aranda con Sergio Ramos en la época en la que coincidieron en el Sevilla F.C.
Carlos Aranda con Sergio Ramos en la época en la que coincidieron en el Sevilla F.C.
Sucesos

Detienen al futbolista Carlos Aranda tras una pelea a las puertas de una discoteca de Málaga

Dos de las tres víctimas son policías nacionales que estaban fuera de servicio

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El exfutbolista del Real Madrid, Sevilla F.C., Real Zaragoza o Granada C.F. Carlos Aranda permanecía ayer en los calabozos de la Comisaría Provincial de Málaga después de que el domingo fuese arrestado por su presunta implicación en una reyerta ocurrida durante la madrugada a las puertas de una discoteca. Un incidente en el que resultaron heridas dos personas, una de ellas policía nacional fuera de servicio.

Fuentes consultadas por ABC confirmaron que Aranda, que días atrás abandonaba las filas del C.D. Numancia para centrarse en cuidar a su hijo en Málaga, fue arrestado tras presentarse —pasado el mediodía del domingo— en la Comisaría Provincial al saber que era buscado por un supuesto delito de lesiones.

Los hechos que han motivado su detención se produjeron sobre las 6:45 a las puertas de una discoteca ubicada en la plaza Uncibay de la capital malagueña.

La Sala del 091 de la Policía Nacional recibió un aviso en el que se le informaba de una multitudinaria pelea, por lo que se desplazaron varias patrullas.

Cuando los agentes llegaron al lugar, precisaron las distintas fuentes, únicamente encontraron a las tres víctimas: dos miembros de la Policía Nacional y un amigo que aseguraron haber sido golpeados con botellas y recibir puñetazos por un grupo de personas que iban acompañados por sus novias. Uno identificó, «sin ningún género de dudas», a Carlos Aranda como uno de los al menos cuatro agresores.

Mientras dos de los heridos eran trasladados al hospital Clínico Universitario —uno precisó puntos de sutura en la cabeza y otro presentaba hematomas en el rostro y el cráneo—, los agentes lograron identificar a uno de los supuestos acompañantes del jugador: J.D.T.R. El joven fue detenido en su vivienda y no quiso colaborar.

Aranda insistió ante los agentes que le tomaron declaración que únicamente medió en una reyerta en la que estaba implicado su amigo J.D.T.R., del que aseguró que no había salido «de fiesta» con ellos. Misma versión mantenida por la pareja del futbolista, que le acompañó a la Comisaría, y que intervino para separar. No obstante, los investigadores consideraron que había suficientes indicios para considerar que el delantero —que actualmente está sin equipo— habría incurrido en una infracción penal y se procedió a su detención.

El malagueño, que ostenta el récord de ser el único jugador en disputar la Primera División con ocho equipos diferentes, podría pasar a disposición judicial en las próximas horas si se ultimaban las diligencias del caso con la toma de declaración de los dos agentes víctimas de la agresión.

Las citadas fuentes mostraron su contrariedad con el trato dispensado al futbolista en las dependencias policiales tras asegurar que supuestamente «disfrutó» de una de las celdas reservadas para menores de edad: «Más cómodas». Este extremo fue desmentido desde la Comisaría Provincial malagueña asegurando que el deportista fue tratado exactamente igual que cualquier otro detenido.

No es el único encontronazo del delantero con la justicia. Aranda se encuentra en la actualidad encausado en un proceso judicial que, entre otras cosas, investiga presuntos delitos de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico.

El jugador natural de la barriada malagueña de El Palo fue citado a testificar el pasado mes de junio —cuando jugaba en la U.D. Las Palmas— y tuvo que abonar una fianza de una fianza de 347.456,11 euros, según se recogía en un auto judicial adelantado por este periódico

Carlos Aranda, precisó la investigación, supuestamenteprestó colaboración a un familiar al firmar un contrato de préstamo personal para que pudiera efectuar la compra de unas fincas en el municipio de Rincón de la Victoria, cuando en realidad la operación se había producido con anterioridad a la celebración del préstamo, y además en metálico.

El entonces artillero de la UD Las Palmas, según la instrucción, pretendía «ayudar» a su familiar « a ocultar la procedencia ilícita del dinero». 

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