Sebastián Martín Recio, ante el Congreso de los diputados
Sebastián Martín Recio, ante el Congreso de los diputados - ABC

Sebastián Martín Recio: «No invertir en investigación empobrece a un país»

Encabeza la plataforma que reclama ayuda para un fármaco andaluz contra el cáncer

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Sebastián Martín Recio, médico y político, es la punta de lanza de la plataforma que exige apoyo institucional para la investigación sobre el fármaco contra el cáncer que desarrolla un equipo de la Universidad de Granada. Tras presentar un millón de firmas en el Congreso, este ex alcalde comunista de Manzanilla y Carmona lamenta que la política cortoplacista juegue con la salud de los ciudadanos.

-Un millón de firmas avalan su propuesta sanitaria. En Granada y Huelva una multitud clama contra el modelo de sanidad pública. ¿La valentía se ha convertido ya en una virtud autonómica crónica o se trata de epidemia leve de coraje?

-Lo segundo más bien. Los andaluces somos paradójicos: por una parte hemos sufrido resignadamente situaciones de desigualdad y por otra no hemos rebelado contra ellas, aunque no siempre.

Las circunstancias económicas, sociales e históricas nos han situado en un ámbito subalterno. Formamos parte de la comunidad autónoma con más paro, más fracaso escolar, más tasas de determinados tipos de cáncer y menos camas hospitalarias. Y hasta ahora nos hemos callado.

-La fundación Baremboim-Said, que utiliza la música como argumento para la paz, recibe anualmente más de un millón de euros de subvención de la Junta de Andalucía. La misma administración escatima 200.000 euros a los investigadores del fármaco para proseguir su trabajo. Dígame lo primero que se le pase por la cabeza.

-Pues que no debemos de hacer comparaciones entre dos iniciativas solidarias positivas. Yo lucho para que las administraciones aumenten las partidas económicas para investigación en medicina, pero sin que eso suponga una merma del dinero destinado a otros proyectos.

-El que ha tenido un mero resfriado elogia la invención de la aspirina. Parece de sentido común apoyar la investigación contra el cáncer ¿a qué cree que se debe la falta de colaboración de las administraciones?

-La sanidad, al igual que la educación, ha sufrido grandes recortes. El dinero para investigación se ha reducido un 40%. Eso explica en parte la situación actual. En segundo lugar, reducir la inversión en investigación no se nota porque se anulan proyectos que no han concluido. Existe la posibilidad de que se descubran medicamentos eficaces contra una serie de cánceres, pero como aún no ha ocurrido la población no percibe su importancia. Es el problema de vivir atados al presente, al corto plazo, en lugar de valorar los proyectos de largo alcance.

-El Gobierno asumirá el coste de la ruina de las autopistas de peaje. Gastará en torno a 5.000 millones de euros de fondos públicos. ¿Cree que para los gobernantes es más importante una línea continua que una biopsia?

-Jajaja. Pues sí. Bueno, no es que sea más importante, es que los gobiernos son más receptivos a los problemas que tienen las grandes corporaciones, los bancos y las grandes empresas, que a cuestiones tan importantes como la salud. Es penoso, pero es así.

-¿La metástasis de la ineptitud está detrás del bloqueo a la investigación del fármaco contra el cáncer?

-Claramente. La ineptitud, al igual que la mediocridad, se ha extendido en la política española de manera galopante. Te las encuentras en los ayuntamientos, en los parlamentos autonómicos o en las Cortes. La ineptitud y la mediocridad han secuestrado el futuro. Son una de las causas de que España no investigue. Y un país que no investiga, al quedarse rezagado, tiene que pagar un precio muy alto para proveerse de medicamentos, de servicios, de tecnología. En otras palabras, no investigar, empobrece.

-¿Las elecciones son la quimioterapia de la política o, dado que aquí siempre ganan los mismos, tienen un efecto placebo?

-En el imaginario colectivo las elecciones pueden ser consideradas como un tratamiento. Al elegir una opción política intentamos curar, aliviar o solucionar ciertas enfermedades sociales. La realidad, sin embargo, es que los problemas crónicos se prolongan. De ahí que la población tenga cada vez menos confianza en el tratamiento. A pesar de eso, existe el efecto placebo, que surge porque, aunque no hay soluciones, uno se conforma con lo que tiene, que es una forma de defenderse, de creer que mejora. De todos modos, para no ser excesivamente pesimistas, tengo que decir que la aplicación de la política adecuada han propiciado a lo largo de la historia grandes avances para la humanidad.

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