Santiago Ydáñez: «Pintar en Andalucía es pasar hambre»

El primer premio de ABC de pintura que consiguió en 2002 impulsó la carrera este pintor andaluz de trayectoria internacional, que lamenta la falta de oportunidades que su tierra brinda a los pintores y se queja de un sistema educativo que arrincona a las letras.

- ¿Por qué un pintor requiere un mecenas y un fontanero no?

- Lamentablemente esa pregunta se la hace mucha gente que no entiende la importancia del arte. Vivir de la pintura es complicadísimo en este país y por eso un artista necesita ayuda. Habrá quien diga que el arte no es un producto de primera necesidad, pero lo cierto es que el aporte intelectual que genera refuerza a una nación. Tristemente, en la nuestra se piensa lo contrario.

Y, en lugar de una buena ley de mecenazgo, tenemos leyes que persiguen fiscalmente al artista.

- ¿Hay mecenas en Andalucía?

- En Andalucía no hay mecenas. No hay gente que se enamore de tu trabajo hasta el punto de que te ayude económicamente para que no lo dejes. Hay personas que te siguen, personas a las que les interesa lo que haces, pero que no te respaldan financieramente.

- Lo que sí hay es escritores del régimen. ¿También pintores?

- Sí, también pintores. Entre los pintores hay muchos tipos de personas. Algunas son hábiles en las relaciones sociales y han sabido entablar relaciones políticas. Por lo tanto, no han llegado donde han llegado por sus méritos. Y, en sentido opuesto, conozco el caso de otros pintores que no han tenido esa capacidad, que no se han acercado a los políticos. Así que, aunque son muy buenos, no son conocidos.

- En la España de Larra escribir era llorar. ¿Pintar en la Andalucía de hoy es pasar hambre?

- Sí, es pasar hambre. Si quieres vivir sólo de esto, pasas hambre.

- ¿Les recomienda a los pintores jóvenes que dejen el pincel?

- Al contrario. Les recomiendo que no abandonen su pasión. También que se busquen un trabajo que les permita dedicarse a la pintura. Vale la pena.

- Si Picasso no hubiera salido de Andalucía no sería Picasso. Si un pintor andaluz no logra el reconocimiento en tierra, ¿siempre le queda París?

- Lo que está claro es que no le queda Andalucía. Hay que salir de ella para conseguir vivir de la pintura. Yo trabajo con galerías de Méjico, de Alemania, de Estados Unidos, de Italia. En España sólo expongo en una galería y no está en la comunidad autónoma en la que nací. Coincido en que Picasso no habría sido quien es si se hubiera quedado donde nació.

- Probablemente, la cotización del pintor malagueño esté acorde con su talento, pero un cuadro de Basquiat, un pintor sin su trayectoria, se ha vendido recientemente en una galería neoyorquina por casi 100 millones de euros. ¿Qué le parece?

- Esas cifran escapan al mundo del arte. No son lógicas en el mercado. Generalmente, cuando se pagan esas cantidades por un cuadro no están detrás los amantes de la pintura, sino los inversores.

- La cifra pagada por el cuadro escandaliza a la misma gente que cree que Cristiano Ronaldo los vale. ¿Hay que educar a la sociedad para que comprenda la importancia del arte?

- La educación en España es lamentable, triste. El modelo educativo ha arrinconado a la literatura, a la filosofía, al latín. Incluso a la historia del arte. El empobrecimiento cultural embrutece al país, que se alarma por el precio que se paga por un cuadro y no por el que se paga por un jugador, cuya repercusión cultural será siempre menor que la del artista.

- El premio ABC catapultó su carrera pictórica. A falta de ayudas públicas, ¿los certámenes son el único asidero del artista?

- En España, creo que sí. Para mí fue fundamental ganar este premio. También lo fue la beca de la Fundación Marcelino Botín y la de Caja Madrid. Y el premio Zabaleta, el primero que conseguí en Andalucía, tierra a la que, por cierto, regreso en junio. El día 23 se inaugura una exposición de mi obra en el centro de arte contemporáneo de Málaga.