Juan Carlos Sánchez Gálvez dirige el parador de Granada desde hace más de una década.
Juan Carlos Sánchez Gálvez dirige el parador de Granada desde hace más de una década.
Director del parador de Granada

Juan Carlos Sánchez Gálvez: «Cada vez hay menos prejuicios de clase contra los paradores»

Destaca la importancia de este modelo hotelero para el turismo andaluz

Jaén Actualizado: Guardar
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Un parador nacional no es un hotel de lujo con historia. Así lo asegura Juan Carlos Sánchez Gálvez, director del de Granada, quien rechaza que el modelo hotelero público español esté orientado a las clases pudientes.

¿Ha dormido alguna vez en tienda de campaña?

Por supuesto. En otra época fui un gran amante del camping. Y no sólo eso, hace poco me he alojado en una tienda de pelo de cabra en el sultanato de Omán. Ha sido una experiencia magnífica.

¿Qué hacía en Omán?

Asesorar a este país en nombre de Paradores porque quiere desarrollar en su territorio una iniciativa similar a la española.

¿Paradores es un modelo autóctono?

Sí. Tras la privatización de la red de Portugal sólo queda el modelo español, cuyo éxito ha motivado que Montenegro o Arabia Saudí intenten implantarlo.

Hay gobiernos que nos piden que les ayudemos a desarrollar esta experiencia hotelera, basada en recuperar edificios históricos situados en enclaves privilegiados.

¿Los paradores son tan marca España como La Roja?

Son totalmente marca España. En el panorama turístico internacional este país es una referencia y dentro del sector la red ha tenido gran protagonismo en el desarrollo de una actividad que representa el 11% del producto interior bruto. La frase no es mía, pero es exacta: el turismo es nuestro petróleo.

¿Qué diferencia a un parador nacional de un hotel de lujo?

El tamaño y, en consecuencia, la relación con el cliente. La media de habitaciones de los paradores se sitúa en torno a 60, lo que nos permite un trato personalizado. Otro elemento diferenciador es la apuesta por la gastronomía de la zona. Recuperamos recetas que ponemos al día. Y hacemos bien porque casi el 50% de los ingresos de la red se deriva del área de comida y bebida.

Los grandes hoteles, como el Savoy, el Palace o el Ritz forman parte del paisaje emocional ¿Son más literarios que los paradores?

En absoluto. En el parador de Granada se han hospedado, por citar algunos escritores, Umberto Eco, Vargas Llosa y Gibson. Hemingway también escribió sobre los paradores. Su carga literaria es enorme.

En los paradores hay un silencio de biblioteca ¿Pernoctar en ellos es lo contrario a asistir a un concierto de Metallica?

Lo cierto es que son lugares apacibles. Al estar repletos de historia y de cultura invitan a la contemplación. Quienes los visita buscan por lo general confort y un ambiente relajado.

Hay quien cree que el parador es como el golf, un opción para ricos. ¿Hay prejuicios de clase contra los paradores?

Cada vez menos. De hecho, aumenta su elección para celebrar aniversarios o para ofrecer a la pareja una experiencia diferente. También hay hijos que regalan estancias a sus padres. Y en nuestra página web hay una gran cantidad de ofertas. Cuando la gente nos conoce los prejuicios se diluyen. Además, los paradores de costa, como el de Mojácar, el de Málaga o el de Ayamonte tienen precios muy asequibles.

¿Qué significan para el turismo andaluz?

Le pondré un ejemplo: cuando en 1994 abrimos el parador de Ronda, la ciudad era muy conocida, pero tenía una infraestructura turística insuficiente. A partir de su apertura, se eleva el flujo de visitantes porque la existencia del parador se refleja en medios de comunicación y en foros internacionales.

¿Tan importante es el turismo extranjero para Paradores?

En Andalucía, sí. El turista extranjero tiene un gran peso en los paradores andaluces, sobre todo en los del interior. Además, es un turista que repite. Primero llega por Málaga y se hospeda en los paradores de Sevilla, Córdoba, Jaén, Úbeda, Nerja y Granada, entre otros. A los dos años regresa y, aunque cambia el orden del circuito, los visita de nuevo.

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