El fervor acampa en Sierra Morena con la romería de la Virgen de la Cabeza

La basílica de la Virgen de la Cabeza es la Catedral de Santiago de Andalucía. Como ella, es un faro de la cristiandad. Y hacia ella, también por un camino boscoso, peregrinan los fieles desde el siglo XIII para conmemorar el hallazgo en 1227 de una imagen de la madre de Dios por parte de un pastor de Colomera, en el que obró un milagro. Al igual que hizo él hace casi 8 siglos, decenas de miles de ellos aclamaron ayer a la reina de Sierra Morena. Aunque el cielo amenazaba lluvia, los fieles lo miraban con ojos de labrador.

El cerro del Cabezo corona una empinada senda de 25 kilómetros que enlaza a la ciudad de Andújar con el santuario.

Cada año el municipio recibe una avalancha de visitantes durante el cuarto fin de semana de abril. Entre ellos destacan los cofrades, provenientes de todos los puntos de España. En concreto, más de 60 cofradías han rendido en esta ocasión honores a la Morenita, patrona de la diócesis de Jaén y, como acredita la procedencia de los romeros, una de las imágenes que más fervor suscita entre los católicos españoles.

La subida hacia el cerro se hace en carreta, a pie o en vehículo. Las dos primeras opciones están jalonadas de paradas, como la del río Jándula, el Quema jiennense, en uno de cuyos remansos abreva la caballería mientras los romeros almuerzan. Allí, la frondosa vegetación les reguarda del sol en los días de calima y amortigua el impacto del agua en los de temporal. También les protege del viento, el protagonista de ayer, que no deslució, empero, la Eucarística oficiada por el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez, quien pidió a los fieles que, a imitación del pastor de Colomera, conviertan su camino en testimonio cristiano.

Antes de la misa, tuvo lugar en el interior del santuario el traslado de la imagen desde el camarín hasta las andas. Y después de ella, la procesión, caracterizada por la alegría con la que la multitud recibió a la Morenita durante el itinerario. Sobre las andas flanqueaban a la talla dos sacerdotes trinitarios, que acercaban al manto de la Virgen a niños para que les brindara su protección mientras los anderos se dirigían con el trono de la Virgen a la casas de las hermandades antes de retornar al camarín.

Al éxito de la romería desde el punto de vista religioso hay que sumar la ausencia de incidencias destacables, gracias en gran medida a la eficacia del plan del cerro diseñado por las administraciones públicas, en el que tienen un papel destacado las fuerzas de seguridad, los voluntarios y el dispositivo de emergencia. En total, el centro de coordinación operativa atendió a 281 personas, entre ellas a una mujer a la que se la ha cayó encima una campana, quien fue trasladada estable al hospital Alto Guadalquivir.