Rosario pasea por una calle de Jaén junto a sus 2 perros.
Rosario pasea por una calle de Jaén junto a sus 2 perros.
Sociedad

Cuando la mujer es la mejor amiga del perro

Rosario saca a pasear en un carro de bebé a su can desde que enfermó hace 2 años

Jaén Actualizado: Guardar
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Rosario Amate enviudó hace más de una década. Tras la muerte de su marido muchos le acompañaron en el sentimiento, pero sólo se quedó junto a ella la tristeza. La sustituyó Ramón, el perro mestizo que le regaló su hermana con la terapéutica intención de que retornara a la alegría. Ramón enfermó hace dos años. El surtido de patologías del can incluye problemas del corazón, del tiroides y de los huesos. Como, a pesar de los achaques, le gusta salir, Rosario, en compensación, le saca a pasear a diario en un carro de bebé por las calles del barrio de Santa Isabel de Jaén.

«Los perros son mi vida», dice Rosario, que utiliza el plural porque también es dueña de Sara, una callejera de 5 años.

Sara, por cuestión de edad, es nerviosa y, por cuestión de carácter, zalamera. Ramón no está para trotes, pero, en lo concerniente a la actitud, también adora a Rosario, a la que sigue, a pesar de la artrosis, por toda la casa. «Soy su vida y para mí, ellos también lo son. Me han dado mucho. Han sido mi alegría y mi salud».

La de Ramón está vinculada a Rosario. Ella es la que le lleva al veterinario un par de veces al mes y le da a diario una pastilla para el corazón y media para el tiroides. El perro responde bien al tratamiento. Tanto es así que su dueña está convencida que aún vivirá muchos años. Y que lo hará sin dolor, dado que no escatima cuidados. Asegura que su mascota está, hoy por hoy, encantada de la vida. Y, en consecuencia, ella, también.

Con todo, hay quien no comprende el gran esfuerzo que esta mujer jiennense realiza a diario para que su perro disfrute del tiempo que le queda. Algunas amistades de Rosario le han sugerido que, puesto que es un compendio de enfermedades, precipite su muerte con una inyección. Para responderles, argumenta desde el agradecimiento: «Él me salvó a mí y ahora soy yo la que le salvo a él».

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