La Hermandad Rocieros de corazón en uno de sus actos litúrgicos
La Hermandad Rocieros de corazón en uno de sus actos litúrgicos
ROMERÍA DEL ROCÍO 2017

Rocieros de Corazón suspende sus actos por la inestabilidad política en Venezuela

La Hermandad no filial de la Matriz almonteña invita a sus hermanos a que recen en la intimidad y tranquilidad de sus hogares

ALMONTE Actualizado: Guardar
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La Hermandad venezolana Rocieros de Corazón se ha visto obligada a suspender los actos públicos que tenía previstos para celebrar la festividad de Pentecostés «en resguardo de la seguridad personal de todos los miembros y amigos de esta hermandad, en atención a la dificultad temporal e intermitente de traslado y acceso en algunas regiones», aseguran en un comunicado. Los responsables de la hermandad piden a sus hermanos y amigos que recen en la intimidad, «tranquilidad y seguridad de sus hogares», y manifiestan su pesar «con lágrimas en el corazón» por «no poder cumplir públicamente de un modo adecuado con nuestra misión», al tiempo que solicitan «oraciones por la paz, seguridad y concordia de un pueblo de fe como es Venezuela».

Es un gran varapalo para una de las hermandades más comprometidas de cuantas existen en el ámbito internacional. Encabezados por Eduardo Bonetti, Rocieros de Corazón, que así se llama la hermandad no filial radicada en la ciudad de Mérida, cuenta en su boletín que la Virgen del Rocío era conocida en Venezuela a través de las sevillanas y la tauromaquia, «pues la familia encargada de organizar los festejos, los Rodríguez Jáuregui, la trajeron hace 20 años para que despejara el coso taurino justo antes del paseíllo de los matadores y de este modo bendijera el festejo y repartiera suertes».

Los hermanos de Rocieros de Corazón hacen gala de una enorme devoción y fe por la Virgen del Rocío. «Nada sucede sin que la Virgen lo haga posible», comenta emocionado Bonetti, que narra su vínculo personal con la devoción rociera. «Me propuse hacer un regalo a la Virgen y ese regalo único sería una hermandad de brazos abiertos». Eduardo explica los comienzos de Rocieros de Corazón, que pasaron por consultar directamente con la Matriz almonteña los trámites necesarios para constituirse como hermandad. La buena nueva llegó en 2014, justo después de que los rocieros venezolanos visitaran a la Blanca Paloma a la que realizaron una ofrenda de 400 rosas blancas, una por cada hermano de la que por entonces era aún una asociación. A su vuelta a Venezuela, recibieron la llamada del obispo de la región con la noticia.

La hermandad venezolana también es una de las más activas. Cuenta con una importante obra social de ayuda a los más necesitados de la región y celebra sabatinas, una vigilia por Pentecostés así como misa y almuerzo de convivencia, actividades que, lamentan, tendrán que esperar a que su país goce de una mejor situación.

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