TRIBUNALES

Crimen de Almonte: Un asesino fuera de control y sin restos extraños de ADN

Los investigadores no hallaron perfil genético distinto a los de las víctimas en los cinco primeros informes del caso

ALBERTO DÍAZ

M.R. Font

Con las manos sujetas sobre las piernas, cabizbajo y con la mirada dirigida hacia el suelo durante casi una hora, Francisco Javier M.R. , acusado del doble crimen de Almonte, ha asistido sin realizar gesto alguno a la exposición de uno de los miembros del equipo forense del Insituto de Medicina Legal (IML) que practicó las autopsias que a Miguel Ángel Domínguez y su hija María de ocho años, asesinados en abril de 2013.

«Hemos participado en numerosos escenarios y este me sobrecogió , era una escena compleja, abigarrada», ha descrito el forense, tras detallar las lesiones que presentaban los cuerpos (49 en el caso del padre y 105 lesiones la pequeña María).

Ambos murieron desangrados , por shock hipovolemico, ha afirmado para apuntar al carácter pasional de los crímenes. «La multitud de lesiones nos sugieren emociones fuera de control, hay pasión, y donde hay emociones fuera de control hay vínculo afectivo y conocimiento del autor respecto a las victimas».

Por el estudio realizado de las marcas y lesiones que presentaban ambas víctimas, el experto ha afirmado que los crímenes fueron cometidos con una única arma (de filo regular, con punta, sin melladurasy al menos 15 cm de longitud) y por una única persona (diestra), por la posición y las heridas de defensa. A preguntas de la defensa, ha matizado que podrían haber sido causadas por dos armas de similares características.

María, ha dicho el forense, fue una víctima circunstancial, y numerosas de las lesiones que presentaba la pequeña las consideran de «intencionalidad dudosa» . «Hemos tenido un debate en este asunto», indicando que parecen haber sido producidas por el autor de los crímenes «en un intento de zafarse de la niña mientras perpetraba la agresión al padre».

El forense ha detallado cada una de las lesiones que el asesino causó a sus víctimas en una sesión en la que la magistrada, Carmen Orland, ha pedido el desalojo de la sala de los familiares que están siguiendo el juicio, entre los que se encuentran los padres y el hermano de Miguel Ángel, asistidos por psicólogos. Algunos miembros del jurado han retirado la mirada de la pantalla durante la exposición de los especialistas. «Allí no hubo combate , hubo defensa, desesperada, para parar el ataque», ha expresado a preguntas del fiscal, negando que hubiera heridas de lucha por parte de las victimas.

Según los autores del informe forense, Miguel Ángel Domínguez recibió la primera puñalada por la espalda (la de mayor gravedad al alcanzarle la raíz aortica), «un abordaje sorpresivo y debilitante . Poco pudo hacer», a lo que siguió -ha relatado- el ataque hasta 49 acometidas, dos de ellas en la espalda, superficiales y regulares, de dos centímetros de longitud, formando una x, a la que otorgan un carácter simbólico y que fueron realizadas con la víctima completamente quieta.

Antes de la declaración de los expertos del IML de Huelva, han testificado por vídeoconferencia los especialistas en Biología del Departamento de Criminalística de la Guardia Civil, que realizaron un total de cinco informes -entre julio de 2013 y mayo de 2014.- de distintas muestras tomadas de la vivienda de Miguel Ángel Domínguez en la Avenida de los Reyes de Almonte donde se cometieron los asesinatos.

Los expertos han afirmado que «no obtuvieron ningún perfil genético distinto al de las víctimas» –de las que le fueron enviaron hisopos de sangre indubitada para su cotejo- de la totalidad de las muestras que les fueron remitidas y analizadas a lo largo de estos meses, durante la instrucción, desde objetos de la cocina o de los baños a restos orgánicos en toallitas (que coincidían con el perfil de la madre y esposa, Marianela Olmedo) o prendas de vestir o de la casa. «No se halló ningún otro perfil», han reafirmado.

El ADN del acusado fue encontrado en unas toallas sin manchas, que se encontraban colgadas en los baños, recogidas en una inspección ocular posterior en la casa y fueron halladas por especialistas del Instituto Nacional de Toxicología (INT) que declararán el próximo martes 26 de septiembre para exponer su informe. Este hallazgo provocó su detención en junio de 2014, catorce meses después de los crímenes.

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