La subdelegada del Gobierno y el jefe de la Guardia Civil de Huelva dan los detalles de la operación
La subdelegada del Gobierno y el jefe de la Guardia Civil de Huelva dan los detalles de la operación - ABC
Sucesos

Desarticulada una red criminal que traficaba y secuestraba inmigrantes de Marruecos

La Guardia Civil detiene a 16 integrantes de la organización en Huelva y Moguer y cifra las víctimas en 350 personas

Huelva Actualizado: Guardar
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La Guardia Civil de Huelva ha desarticulado una organización criminal dedicada al traslado de inmigrantes procedentes de Marruecos hasta las costas de Cádiz, donde eran secuestrados y trasladados a pisos en la provincia de Huelva, en los que permanecían retenidos mientras extorsionaban a las familias en su país de origen, reclamando un pago por su libertad.

En el marco de la 'Operaicón Yaravi', que se inició el pasado octubre, han sido detenidos hasta el momento un total de 16 integrantes de la red - de nacionalidad marroquí- en dos fases, la última en la jornada de ayer, con ocho arrestos y seis registros (uno en Huelva capital y otros cinco en Moguer), y se calcula que las vícitmas del grupo criminal durante los meses en los que la Guardia Civil ha estado investigando ronda las 350 personas, entre las que se encuentran mujeres y niños.

Los detalles del operativo - que continúa abierto- lo han dado a conocer este miércoles la subdelegada del Gobierno en Huelva, María Asunción Grávalos, y el jefe de la Comandancia, Ezequiel Romero.

La organización se distribuía el traslado de los inmigrantes en varias escalas, de modo que un primer grupo se encargaba del transporte de las personas, a través de pateras o embarcaciones neumáticas sin condiciones de seguridad. En cada uno de los viajes se traía entre 35 y 45 personas y, al arribar a la costa, otro grupo se encargaba de recogerlos y trasladarlos hasta los pisos, en la provincia de Huelva, donde permanecían secuestrados tras retirarles sus pertenencias (dinero y documentación).

El grupo criminal entraba en contacto con las familias para exigirles dinero a cambio de la liberación de las víctimas más allá del importe comprometido, de unos 1.200 euros, con lo que se les extorsionaba con que permanecerían secuestrados si no abonaban además entre 350 y 700 euros.

En ocasiones, se aprovechaba además para traficar con hachís, interviniéndo en estos meses 132 kilos de esta droga, y dinero en metálico en los registros (16.400 euros).

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